Opinión. Aunque hoy me he mojado mucho, ahora que han pasado unas cuantas horas, he decidido que me voy a mojar un poco más. El momento lo requiere, sin lugar a dudas. Después del partido ante el UCAM, y visto lo visto, uno sigue preguntándose quién tiene la culpa de este desaguisado. ¿La tiene Presa?, que es el que parece culpable de todo. ¿La tiene Sandoval? o ¿quizá la tienen Trashorras, Miku o Piti?, ¿la tiene la afición? ¿Bukaneros? o quien sabe si la 'Timocracia' a la que se aludía hoy. No sé, solo sé que no sé nada. Hoy me decía algo muy interesante una de esas personas a las que hay que escuchar con atención porque, aparte de saber mucho, siempre sabe cómo hacernos saber a los demás lo que se debe saber. En fin, al grano, hoy me decía que tenía tantas opiniones que ya no sabía ni qué opinar. Creo, querido amigo, que en esas estamos casi todos.
Al principio la culpa la tenía Presa (muchos dirán que al principio, en el medio y al final) porque ató a jugadores que no querían estar en el Rayo y le condenó a la realidad actual. ¿Se imaginan qué hubiera pasado si se marchan Miku, Trashorras, Rat, Javi Guerra, Piti...? Bien. Presa también es culpable de traer al entrenador, que dicho sea de paso no salió muy bien parado de su etapa anterior. Ahí me mojaré. Nunca fue santo de mi devoción, bueno al principio sí, pero muy al principio, y seguramente yo tampoco sea muy bien visto por un hombre que ya tuvo su momento de gloria, que consumó su matrimonio con la afición de Vallecas y que ha vuelto para revivir un pasado que nunca volverá. Segundas partes nunca fueron buenas y esta, mucho menos.
Dicho esto, y creyendo que con el discurso del populismo y con el hoy, aquí y ahora no llegaremos muy lejos, no creo que Sandoval sea el único culpable de esta situación. Seguramente será el primero en caer, pero aquí no se salva nadie. Ni los que estuvieron en Anoeta, ni los que se pelearon en Almería, ni los que no viajaron a Tenerife, ni los que viajaron, ni los que trabajan en el gimnasio, ni los que se van a la grada, nadie se salva. Esto es cosa de todos. Es verdad que el patrón de juego debe estar definido, algo que hemos demandado muchas veces, pero la actitud, el corazón, la entrega y los 'bemoles' no los pone ningún entrenador, ni ningún presidente, ni siquiera ningún aficionado. Lo ponen los que estuvieron en Anoeta, los que se pelearon en Almería y los que no viajaron a Tenerife... ni más ni menos. Apenas hemos visto la 'magia' del gallego, ni la resolución del alemán, ni la racha de goles del 'pichichi'... tampoco estamos viendo a quien se fue a Granada siendo más rayista que el escudo del Rayo. ¿Qué está pasando?
Luego aparece la afición, esa que casi nunca falla, esa que cuando vienen bien dadas acude en tropel al Estadio, la misma que cuando llueve no se moja y se queda en seis mil. Enhorabuena a los seis mil, aunque también haya un poco de cera para algunos de ellos. Abuchear a un jugador del Rayo me sigue pareciendo una sobrada. Es verdad que uno se desespera con esto y con aquello, que quiere que el equipo gane, que juegue bien y que se entregue al máximo. Perfecto. De ahí a silbar a Gazzaniga porque el 'chaval' no dé una a derechas con los pies... No me gusta. Me da igual que se llamaran Cobeño o Mojica en su día o que ahora se llame Gazzaniga. No lo comparto. Lo siento.
Por último, estamos nosotros, los que escribimos, opinamos, compartimos, informamos... Ahí solo voy a hablar de nosotros, los que estamos a este lado y que cada cual haga su propio examen de conciencia. Nuestras limitaciones de tiempo, medios y otras cuestiones seguramente nos impidan alcanzar el grado de 'acercamiento' a determinadas personas que tienen otros compañeros. Eso no nos impide estar informados de lo que se cuece en muchos lugares de nuestra patria vallecana y siempre hemos apostado por la discreción y por pasar desapercibidos, totalmente alejados de cualquier protagonismo, sobre todo porque mucho de lo que se habla son medias verdades y comentarios dirigidos por los que algo de interés tienen en cada cuestión tratada. Información sí, rumorología, la mínima. Aun así, seguro que en muchas de nuestras valoraciones hemos hecho un flaco favor a determinado jugador, entrenador, directivo e incluso al club. Entonamos el mea culpa. No vamos a escurrir el bulto ni nos vamos a parapetar tras el muro que supone estar cerca de la "verdad absoluta" que, por cierto, no existe, al menos para nosotros...
Si todo lo anterior es más o menos así, pongámonos manos a la obra y arreglemos esto si todavía tiene arreglo. El Rayo necesita la unidad de todos, y cuando digo todos no excluyo a casi nadie (cerca de parafrasear al presidente del gobierno de este santo país). A la vuelta de unas semanas el Rayo estará arriba, esto habrá sido un mal sueño y la alegría retornará al Estadio del que nunca debió salir. Voy a secarme, que para mojarme otro poco, quizá me he metido en algún que otro charco.
