Opinión. No es mi estilo sacar los pies del tiesto para pisotear a nadie y suelo tomarme mi tiempo para ‘mascullar’ mis palabras antes de expresarlas y, sobre todo, antes de escribirlas. Ese es mi estilo y así me gustaría seguir, por mucho que me sorprendan los arrebatos de dignidad de ciertos mandatarios futbolísticos y por muy cabreado que me dejen las actuaciones de entrenadores, jugadores y otros actores futbolísticos de hoy en día, y de siempre, porque esto de los ‘amaños’, las supuestas apuestas, los intereses creados y toda la basura futbolística ha existido siempre, y seguirá existiendo, le pese a quien le pese.
Salgo al escaparate mediático para volver a pedir, voz en grito, limpieza en el fútbol (que ojalá existiera) y luchar contra la hipocresía y los postureos tardíos y sin ningún valor real, al menos para los agraviados. Que ahora venga el presidente del Villarreal, varios meses después de aquel vergonzoso Sporting – Villarreal, a clamar por la limpieza de su club, de su gestión y de este deporte, es de risa. No quiero decir con esto que su club no sea limpio, ni su gestión, pero hombre, un poco tarde sí que llega ¿no? Pues eso, que Fernando Roig, en un arranque de dignidad repentino ha dejado a los pies de los caballos a Marcelino, un entrenador al que despidió sin dar explicaciones y que se convirtió en ‘trending topic’ informativo con aquella declaración de intenciones en favor de la salvación del Sporting. Una metedura de pata en toda regla que, ahora, unos meses después y ante los rumores de investigación por parte de la Liga de lo sucedido en el Molinón (seguramente Leo Baptistao podría añadir luz a todo aquello), desmarca al club de lo sucedido y deja todo en agua de borrajas y con un tufillo lamentable que, como el resto de investigaciones, no llevará a ningún sitio. Que se olviden los que esperan algo de aquella denuncia por compra del Granada – Las Palmas, por las dudas generadas en el Sevilla – Granada, las acusaciones públicas sobre el Real Sociedad – Rayo Vallecano, que llevó a la plantilla del Rayo en pleno a realizar una rueda de prensa de vergüenza, o el comentado Sporting – Villarreal, que tanto encendió a Martín Presa una vez consumado el descenso de categoría. Que se vayan olvidando.
Este fútbol es un negocio puesto en manos de gente que solo ve dinero, ni más ni menos. Y alrededor del dinero, y mucho, que se mueve en los grandes negocios, siempre aparecen las ‘alimañas’ que lo enturbian y ensucian en su propio beneficio y ante la mirada atónita de todos los que pasamos por aquí sin ansias de enriquecernos vilmente y que entendemos esto de otra manera. "Fútbol es fútbol" se ha convertido en "fútbol es negocio" y, visto lo visto, en "fútbol es corrupción". Ahora solo falta que los dueños de esto descubran, persigan, castiguen y eliminen a los tramposos, siempre que esa sea la intención real de quién llegó aquí hablando de limpieza y que únicamente ha conseguido abrir investigaciones en las que, sinceramente, no tengo ninguna esperanza depositada.
Si Roig sabe algo que el resto desconocemos debería ponerlo en conocimiento de quien pueda tomar cartas en el asunto. Debería hacerlo para dar valor real a su arrebato de dignidad y porque su Villarreal podría cruzarse con un Marcelino cualquiera dentro de poco. Si solo actúa en base a rumores, especulaciones y ruido mediático, su aportación es nefasta. Habrá que ver.
En cualquier caso, y una vez dicho esto, mi opinión es que, una vez en Segunda, el Rayo está muy bien donde está. Primero porque se lo mereció principalmente en Anoeta, pero también en otros lugares. Y segundo porque vista la reacción de su gente, de la que vale, de la afición, a mí, como a ellos, me importa bien poco si viene Messi o Ronaldo o si lo hace Carlos o Pedro. Aquí, lo que importa es el Rayo y entre todos tenemos que conseguir que cada fin de semana el Estadio de Vallecas sea una fiesta, un lugar de disfrute y una explosión de sentimientos. Del resto que se encarguen investigadores, jueces, abogados, testigos y quién quiera que pueda aportar luz para poder limpiar toda esta basura.
