El Rayo Vallecano se deshizo, sin aparentes problemas, de un apático y aburrido Leganés que apenas opuso resistencia, principalmente en la primera mitad, a un Rayo bien plantado sobre el terreno de juego, con las ideas claras y con el acierto suficiente como para finiquitar por la vía rápida un Trofeo de Vallecas que solo tuvo un color: el franjirrojo. Sandoval tiró del manual previsto y situó sobre el césped el equipo base en el que confía para el arranque liguero y que, con leves retoques, será el que le sirva para intentar reivindicarse como uno de los aspirantes al ascenso a Primera División. Como titular hoy jugó el recién llegado Gazzaniga, que apenas tuvo trabajo, y en la línea defensiva, además de Quini y Rat en los costados, estuvieron Amaya e Íñiguez, que rindieron a buen nivel. Además, la línea de medios contó con Trashorras y el joven Fran, que se está confirmado como una de las opciones del técnico mientras llega el refuerzo esperado para esa zona y Baena se recupera de su lesión, con Embarba y Alex Moreno en los extremos y con Ebert y Javi Guerra peleando arriba.

El Rayo arrancó el partido dominando el juego y maniatando a un Leganés que empezó dormido y que ni siquiera a base de golpes despertaría de su letargo. El balón era de los franjirrojos, que además abrieron el campo entrando con velocidad por las bandas y rematando sin complejos contra la portería pepinera. Alex Moreno y Embarba fueron dos auténticos puñales por cada costado y así, durante los primeros quince minutos, el Rayo impuso su ley ante los cerca de cuatro mil aficionados presentes en el Estadio de Vallecas.

Con la presencia ofensiva del equipo de Sandoval dominando el derbi, Patrick Ebert empezó a romper las hostilidades cuando en el minuto 13 controló un balón, ganó en velocidad a su par, se plantó solo ante Brignoli y definió a la perfección para colocar el 1-0. A partir de ahí, el partido bajaría algo el ritmo inicial, aunque conservando el dominio local, aderezado con varias pinceladas que bien pudieron llevar el choque a un resultado mucho más abultado antes del descanso. Íñiguez remató de cabeza libre de marca y en la frontal del área pequeña, pero su intento se marchó muy desviado, mientras los franjirrojos seguían insistiendo  con sus llegadas por banda y con los continuos cambios de orientación del capitán Trashorras, que recibiría una de las ovaciones de la noche cuando Sandoval decidió sustituirle en la segunda mitad.

Antes del descanso, Javi Guerra haría de 'cazagoles' para remachar un buen pase desde el costado, finiquitando de manera definitiva un duelo que ya no tendría más historia.

En el segundo período el Rayo aprovechó para trabajar el balance defensivo y decidió durante los primeros instantes parapetarse atrás, ceder el balón y la iniciativa a su rival y esperar la oportunidad para salir en velocidad. El Leganés empezó entonces a carburar un poco mejor, aunque Gazzaniga primero y Lucho después, siguieron sin tener que intervenir.

La aparición de Lass, Joni Montiel y posteriormente de Manucho, entre otros muchos cambios introducidos por el técnico vallecano, sirvieron para animar algo un partido que había decaído en intensidad, ritmo y en ocasiones de gol. Manucho lo intentó con una chilena y Clavería, para finalizar la misma jugada, remató desde lejos obligando a Brignoli a hacer una de las paradas del encuentro. Un par de intentos de Comesaña y Kike pondrían el punto y final a un partido que fue de más a menos y en el que el Rayo pareció el equipo de Primera y el Leganés el que acaba de descender.