Opinión. Reflexiones de una jornada marcada por un error de cálculo, un error numérico, un error por falta de atención, por descontrol o lo que sería mucho más grave, por dejadez. Que en unas cuentas que supuestamente se llevan preparando meses aparezcan 28.000 euros donde deberían aparecer más de 6.000.000 es un error, sí, pero en el siglo veintiuno y con tanta gente esperando que tropieces, faltan ojos si empleas doscientos para repasar cada concepto, cada línea, cada apartado.

No me gustaría seguir analizando números, pero la realidad de la junta de accionistas del Rayo me obliga a hacerlo. Ya había escuchado antes eso de que "aunque no lo parezca" hay más asientos vacíos de los que cualquiera podría decir, o contar. Yo por más que miro y remiro, me froto los ojos, vuelvo a mirar y me hago una composición de lugar, no entiendo como en un estadio de, pongamos, 14.400 asientos, alguien me intente convencer que vacíos había 1.800. Yo, a diferencia de Martín Presa, no los conté, pero me hubiera jugado cualquier cosa con la seguridad de ganar, que eso no podía ser. Por mucho que "los tornos" o quien los maneja me quiera convencer, sigo sin verlo claro. Que en este fútbol moderno, en el que se mueven millones y millones de euros, un presidente de fútbol 'cuente' asientos vacíos, es una realidad que solo me puedo imaginar en Vallecas. O se colaron 1.000 y en realidad faltaban 800, siendo muy generoso, o algún torno descuenta lo que otros van contando. Ninguna de las dos opciones termina de convencerme.

Muy a mi pesar, la tercera reflexión que me hago también tiene números. Los miles de euros invertidos en Oklahoma, si convencen a Javier Tebas, no pueden ser bien vistos por estos lares. Hablar de negocio a futuro, de negocio al fin y al cabo, ya chirría, pero hacerlo sin contar con la afición, sin importar su opinión y sin explicar las condiciones de compra de un nuevo negocio, me parece, cuando menos, arriesgado. Lo de "La Franja", ese restaurante tan mono que se ha montado el Rayo creando una nueva sociedad y poniendo al frente a un Jesús Fraile que para muchos había desaparecido del mapa, es algo novedoso. Tengo que reconocer que no he vuelto a pisar el que fuera "Restaurante Cota", pero ya me llamó la atención que no hubiera ninguna referencia al Rayo (ni fotos del estadio, ni escudos de fútbol, ni banderas....). Ese mismo bar, en la Gran Vía, tendría tanto sentido como donde está. Perdón, allí tendría más sentido.

Pero volvamos a lo serio. Los números. ¿Cifras mareantes? Según parece, varios compradores se han acercado a Martín Presa para comprarle su bien más preciado y con esas "cifras mareantes" han tenido que volver por donde habían venido, porque el presidente del Rayo, supuestamente, les ha dicho que no. Una de dos, o con sus nuevas inversiones y visión de futuro espera hacerse realmente de oro o con la inversión que hizo para hacerse con el club, rechazar cualquier oferta (más si es "mareante") es una locura. Sea como sea, visionario o loco, mérito tiene, sobre todo porque muchos al verle llegar pensaron que no tardaría ni un año en vender el club. Se equivocaron entonces y parece que se equivocan ahora. Veremos.

Por último, me dicen que todavía hay quien intenta que el Rayo recupere su identidad y que vuelve a pedir que el club se llame Agrupación Deportiva Rayo Vallecano. Insistente. Los aires de expansión internacional, crecimiento, visibilidad y grandilocuencia chocan de bruces con esa aspiración. Para ver a un "gran" Rayo la decisión está tomada, se debe llamar "de Madrid" y una Agrupación Deportiva Rayo Vallecano de Madrid no cabe en las cabeceras de los periódicos, ni en los titulares televisivos, ni en los cómics de las próximas décadas, ni por supuesto en los libros de historia deportiva, esos que recogerán que un día hubo una asamblea de socios en la que los números fueron importantes por su significado más que por su propio valor.

Espero que el lunes pueda hablar de números, esos que nos acerquen a la permanencia y esos que me digan que cientos de vallecanos están de vuelta en casa después de disfrutar de un domingo festivo en el nuevo San Mamés. Aúpa Rayo.