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OPINIÓN. Marcelino

Marcelino y su "trabajo hecho"

El técnico del Valencia pisará por primera vez Vallecas tras el polémico descenso del Rayo en 2016 en el que fue protagonista principal

Escrito por Sábado, 06 Abril 2019

    Opinión. "Marcelino llegará a Vallecas y no será recibido con los brazos abiertos, él ya sabía cuando tomó aquellas decisiones que esto sería así".

    Opinión. No conozco personalmente a Marcelino, ni falta que hace. No sé cómo será como persona, ni me interesa lo más mínimo. Eso no es lo importante, aunque esté conectado con tus valores, tu forma de afrontar la vida, tu forma de comportarte en tu profesión y el modo en el que tomas decisiones en algo tan interesante como el mundo del deporte en general y el fútbol en particular. Marcelino era un personaje indiferente a ojos del rayismo. No era nadie y seguirá sin serlo. Uno de esos entrenadores que han pasado por el banquillo de nuestro estadio (como visitante obviamente) sin dejar huella. No saldría nunca ovacionado, pero tampoco lo debería hacer con muestra evidente de desagrado o desprecio. Y eso, al final, es lo que demuestra cómo eres y cómo te comportas.

    Al Marcelino como entrenador le han ido bien las cosas y ahora le siguen yendo bien. Entrenar al Valencia y meterle en Champions, superar momentos difíciles y estar cerca de nuevo de Champions es el mejor ejemplo de cómo le marchan las cosas. Pero, una vez más, eso no nos interesa. Lógicamente nuestro punto de fricción viene por lo que ocurrió en 2016, un momento que Jémez no ha querido rememorar, una situación sobre la que Presa no ha querido echar más leña (y eso también es extraño en sí mismo, seguramente será consejo de alguien más). Pero nosotros no somos Jémez ni Presa, ni tenemos directrices marcadas por nadie para valorar y para aportar nuestro punto de vista, aunque a Marcelino le importe tan poco como él a nosotros.

    Pongámonos en situación. Última jornada de liga con varios equipos involucrados en puestos de descenso/salvación. Directamente se cruzaban los destinos de Sporting y Rayo Vallecano, con Villarreal y Levante como comparsas de acompañamiento de un 'baile de la muerte' en el que quien menos protagonismo tenía se acabaría convirtiendo en el principal actor de una obra de teatro que podríamos catalogar de tragicomedia. El susodicho Marcelino, con todo el pescado vendido para el que después dejaría de ser su equipo, decidió manipular personalmente y por capricho la competición, con sus armas, con sus objetivos, diciendo que los entrenadores no ganan partidos... En la previa ya marcó el camino a seguir. "Ojalá el Sporting se mantenga, porque es lo que siento", dijo sin ruborizarse. En una decisión controvertida dio descanso a su plantilla en la semana previa a la disputa del partido contra el Sporting, que 'curiosamente' es el equipo de sus amores, ese club en el que se formó en categorías inferiores y jugó en Primera División. Durante el partido, el Villarreal, que jugó con un buen número de suplentes, fue un equipo indolente, plano y con un único interesado en cambiar el rumbo de los acontecimientos, el exrayista Leo Baptistao. Leo lo intentó, buscó el gol, creyó en la victoria, disparó a portería y se topó con el poste, pero no pudo seguir haciéndolo porque Marcelino, en su siguiente decisión sospechosa, decidió sustituirle cuando el marcador era solo de 1-0 a favor de los asturianos. Para rematar la faena, la mujer del entrenador afirmó en sus redes sociales que habían hecho su trabajo y dejaban al Sporting en Primera, o lo que es lo mismo, que mandaban al Rayo a Segunda, ¡con un par! El trabajo bien hecho tendría sus consecuencias y el Villarreal, con su presidente Fernando Roig a la cabeza, terminaría destituyendo a Marcelino con un mensaje claro: "Es un problema del final de temporada, de honradez", recalcando que el Villarreal es un club HONRADO y que lo que ocurrió en el episodio al que me refiero distaba mucho de los valores del club levantino. Blanco y en botella...

    Si todos lo vimos, si el propio Villarreal tomó cartas en el asunto, si Martín Presa en aquel momento de rabia denunció públicamente las decisiones de Marcelino, no hay más que hablar. Marcelino fue juez y parte en la salvación del Sporting y en el descenso del Rayo, ni más ni menos. Ahora podemos poner paños calientes, podemos y debemos ser prudentes en las declaraciones, debemos controlar la ira colectiva y evitar la violencia, Por supuesto. Pero también debemos ser fieles a nuestros valores y principios y denunciar la injusticia. Ya lo hicimos en su día y lo recordamos ahora, el día en el que el 'actor principal' de aquella tragicomedia pisará por primera vez nuestra casa. Marcelino recibirá probablemente una de las mayores pitadas que hayamos escuchado en Vallecas, sería extraño que no fuera así. Llegará a Vallecas y no será recibido con los brazos abiertos, él ya sabía cuando tomó aquellas decisiones que esto sería así. Marcelino se marchará de Vallecas con otra de las mayores pitadas que hayamos escuchado aquí nunca. Sería extraño que no fuera así. Más allá de esto, lo importante está dentro del terreno de juego. Marcelino no juega este partido (aunque sí "jugara" en 2016), este partido lo juega el Rayo, este partido lo juega Vallecas, este partido lo jugamos todos. Y con Marcelino o sin Marcelino, este partido lo debe ganar el Rayo. Sin desviar la atención hacia lo importante, nos alegraremos enormemente si esa victoria llega a producirse. Por el Rayo, por Vallecas... y por Marcelino y su "trabajo bien hecho".

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