El Rayo Vallecano arrancó el año 2014 con muy buenas intenciones, pero con una realidad muy alejada de sus mejores deseos. El día de Reyes, 6 de enero, hubo fútbol en Vallecas y Sus Majestades de Oriente dejaron el peor 'carbón' posible. La imagen del equipo fue la de un conjunto de Segunda División enfrentándose a un aspirante a Europa y la reacción de su técnico fue, casualmente, la misma con la que ha terminado este año 2014: dudar de su capacidad y la de sus jugadores de merecer estar en Primera División. Lo que en PxR no toleramos fueron las muestras de falta de respeto de cierto sector de la grada de Vallecas hacia los jugadores, algo que en nuestro estadio debe desterrarse.
A continuación llegaría la victoria en Getafe, donde un salvador gol de Alberto Bueno parecía suponer una tabla de salvación para los franjirrojos, aunque la posterior derrota en Elche y la eliminación copera a manos del Levante, volvieron a despertar los viejos fantasmas que acompañaban a los de Jémez durante toda la temporada. Llegó el mercado de invierno con la incorporación de Rochina y la marcha de Rodri, y el Atlético de Madrid hechó más leña al fuego del infierno vallecano con su victoria por 2-4. Más sufrimiento para la parroquia franjirroja. Junto a Rochina, también llegarían un defensa central, Borja López, y un delantero, el italiano Longo. Ni uno ni otro tendrían protagonismo en los meses siguientes.
El mes de febrero arrancó con un balsámico empate ante el Levante y con la afición de Vallecas recibiendo el Premio a la mejor afición que visitó el Ciutat de Valencia durante el año 2013. La victoria ante el Málaga (4-1) y la llegada de Razvan Rat para ocupar el lateral zurdo, parecieron insuflar nuevos ánimos a un equipo que volvió a salir zarandeado de su visita al Camp Nou (6-0), donde volvimos a "disfrutar" de un baile muy idiota.
Con la visita del Sevilla y la reacción de la afición llegaría el punto de inflexión. Tras la derrota ante el conjunto hispalense, el Rayo resurgió ante el Valencia, con mucho brillo en la grada, mientras que Pasión por el Rayo cumplía 2.000 días cubriendo al conjunto franjirrojo.
En la recuperación del Rayo no participó un Nery Castillo al que pocos esperaban ya. El mexicano se perdió, entre otros muchos, el excepcional partido de Anoeta y la victoria ante el Almería, con el equipo totalmente lanzado y con la afición disfrutando de la vida pirata, que seguía siendo "la vida mejor". El empate en Pucela, con una nueva exhibición de la hinchada vallecana, y la victoria ante Osasuna, con el regreso de José Carlos, darían paso a una lógica derrota en el Bernabéu, y a una goleada al Celta, con Bueno en plan estelar.
El Rayo afrontó el tramo final de la temporada y lo hizo cayendo 'in-extremis' en Cornellá, goleando al Betis para firmar su salvación virtual y mostrando todo su poderío en Granada con la mejor afición de España de nuevo presente. La visita del Athletic, la siesta e inicio de las vacaciones de verano en Villarreal y la derrota ante el Getafe, para alegría de los azulones al certificar su salvación, se ponía punto final a una temporada en la que el Rayo dijo adiós a Gálvez, que se marchaba al Werder Bremen.
La celebración de las III Jornadas del Rayismo y la conmemoración del 90 Aniversario del club, pusieron la nota alegre y distendida a una temporada de dificultades que nada más cerrarse empezó a mostrar los brotes verdes de la siguiente. Rápidamente se anunciaron los fichajes de Amaya, Boateng, Morcillo, Quini, Diego Aguirre, Manucho, Jozabed y Cristian Alvarez, además de la continuidad de Zé Castro, Embarba y Tito, que apuntalaban el nuevo proyecto.
La derrota del filial en Linares nos dejó la nota triste en el final del primer semestre de un 2014 que seguiremos repasando en los próximos días.
