Paco Jémez se despachó a gusto en la rueda de prensa posterior a la derrota de su equipo en Vallecas ante el Espanyol. El técnico, que dijo necesitar la revisión del partido para entender cómo era posible que el Espanyol hubiera logrado tres goles, tenía muy claro, en cambio, que los despropósitos propios habían permitido que la intención del rival se convirtiera en una derrota para los suyos.

El Rayo volvió a ser "generoso" defensivamente hablando. Los tres goles de los espanyolistas fueron provocados por la candidez defensiva de un equipo que ofrece muchas garantías de medio cambio en adelante pero que se transforma en la zona de atrás. Quizá los riesgos que deben asumir los jugadores por las premisas marcadas desde la banda sean un condicionante muy pesado para jugadores que día a día siguen 'regalando' goles o jugadas de peligro durante cada encuentro.

Ayer, la fiesta la abrieron Tito y Cristian Alvarez. El defensa, improvisado central en línea de tres, porfiando con Sergio García por un 'balonazo' enviado desde la defensa visitante, no vio la llegada del portero argentino. Ambos terminaron chocando, el meta, en su caída, dejó el balón franco para que Sergio García, que se quedó a un metro esperando acontecimientos, marcase a puerta vacía.

El segundo tanto llegó tras un error en el marcaje sobre Lucas V. El jugador 'perico' llegó completamente libre de marca al segundo palo para remachar el gol que ponía de nuevo por delante a un Espanyol que apenas merecía el punto que estaba sumando.

Por último, y para rematar la faena, una nueva pelea entre Tito y Sergio García finalizó con el defensa rayista por los suelos y con el delantero catalán encarando a Cristian Alvarez para lograr el tercero. Tres goles y tres puntos que volaban de Vallecas en una nueva muestra de los ajustes defensivos que deberá realizar el Rayo si no quiere verse envuelto en las penurias de una clasificación en la que todavía se mantiene con distancias suficientes respecto de los puestos de descenso.