Había ganas de Rayo. Después de casi 20 días sin fútbol en Vallecas la afición rayista no lo dudó y se echó a la calle para vivir la previa del Rayo - Osasuna en los alrededores del estadio y continuar la fiesta después en el feudo franjirrojo con una noche de remontada y de golazos.

El partido registró una entrada de 13073 espectadores según datos provisionales confirmados por la liga. Después de los más de 14.000 aficionados que vivieron el Rayo - Barcelona en otra jornada intersemanal en agosto, el estadio de Vallecas presentó un gran aspecto. Y la animación estuvo a la altura de la noche futbolística.

Porque tras la protesta del primer cuarto de hora que sumió al feudo vallecano en un sonoro silencio, llegó la animación, la alegría, los aplausos y las celebraciones. Algo que hubiera podido ser aún mejor si no hubieran quedado unos 1500 asientos vacíos debido a los horarios y a las políticas de asistencia del club que no premian ni penalizan a quien asiste o no asiste a los partidos.