Opinión. ¿Quién te queda, quién te apoya? Esa es la pregunta que le hago al máximo accionista y, por desgracia para la gran mayoría de rayistas, dueño único (o eso se supone) del Rayo Vallecano. Raúl Martín Presa está más solo que nunca y ve cómo alrededor le crecen los problemas sin capacidad para poder solucionarlos antes de su estallido público. Tiene a los diferentes equipos en rebelión constante. Primero fueron las jugadoras del Femenino, luego los equipos de cantera a través de AFE y ayer, para sorpresa de muchos, la primera plantilla, la joya de su corona, el equipo que para Presa merece todo en detrimento del resto. 

Las y los futbolistas no aguantan más la desatención, la dejadez, la falta de recursos, la falta de coherencia. El Rayo es un equipo profesional con estructura de regional, ya lo hemos denunciado públicamente muchas veces. No tiene capacidad para afrontar los problemas internos que se generan, que son muchos, y, por supuesto, es incapaz de plantar cara a los externos, que son infinitos. En los últimos tiempos se le han juntado las quejas de las jugadoras y cuerpo técnico del femenino por las condiciones en las que tienen que trabajar y viajar. Lo del sandwich de pavo es muy llamativo, pero no puede tapar algo mucho más grave e importante: ese equipo es un milagro se mire por donde se mire y existe, única y exclusivamente, porque las protagonistas tienen un coraje fuera de lo normal. De otra manera, la sección ya hubiese sido historia hace mucho tiempo. En Vallecas casi todos se preguntan ¿cuándo lo dejas?. Temen que cuando lo haga, ya no quede rastro de una parte de su historia.

Aparentemente superada la crisis de la sección femenina, la cantera también levantó la voz. Los equipos de base no son, ni de lejos, una prioridad para el presidente. Es más, me atrevería a decir, y ya lo he hecho otras veces, que su objetivo parece ser eliminar de un plumazo todo atisbo de cantera, a la imagen y semejanza de lo que en su día hiciera Jesús Gil en el Atlético de Madrid. Mientras todos los grandes clubes, previendo las dificultades económicas que se atisban en el horizonte más cercano, deciden mirar hacia dentro y buscar entre sus equipos inferiores los cimientos de su futuro, en Vallecas se va a contracorriente y se maltrata al filial y al juvenil... no seguiré más hacia abajo, porque por ahí, hasta llegar a la Fundación, todo es un auténtico desastre y un abandono total y absoluto. Muchos se preguntan, ¿cuándo lo dejas?

Y llegamos a la primera plantilla, los privilegiados, los "mimados" de Presa, ese grupo en el que supuestamente se centran todas las miradas y todos los recursos del presidente. Un sarao. Un problema mucho más visible por repercusión y exposición, pero una muestra más de lo podrido que está todo y la incapacidad de quien intenta dirigir un barco que le sigue viniendo grande. Cuando las cosas vienen bien dadas, no hay problema, todo se esconde tras los éxitos deportivos y económicos, pero cuando surgen los problemas, aparecen las fisuras que amenazan con hacerlo volar todo por los aires.

La gente está cabreada en Vallecas y se ve incapaz de solucionar un problema que ven cómo atañe a todos los estamentos del club. Porque sólo hay que rascar un poquito para ver cómo están los pocos empleados de la entidad. Porque sólo hay que estar medianamente cerca de su gente para entender la dimensión de un desastre que únicamente queda patente cuando los profesionales hablan de su ERTE, del retraso de sus nóminas, de la falta de medidas contra el Covid y de su desgaste y desamparo. Sin mucho más, sin hablar con nadie, ¿os imagináis cómo estarán los empleados del estadio, de la ciudad deportiva, de las oficinas, de los escasos departamentos del club? Pues eso... ¿cuándo lo dejas?

Desde hace tiempo, en este medio hemos denunciado la falta de profesionalización de un Rayo que sólo es profesional por que así lo dice su situación empresarial y porque los que ahí trabajan defienden su parcela desde el primer al último minuto de cada día. Un club profesional tiene departamentos profesionales que deciden sobre sus respectivas parcelas. En un club profesional no se amontonan todos los problemas encima de la mesa del presidente. En un club profesional no es lógico que no se mueva un dedo sin que lo apruebe su presidente. 

El Rayo es un milagro, pero los milagros no son eternos. Entre tanto, la mayoría se sigue preguntando ¿cuándo lo dejas? Y la respuesta suele ser siempre la misma... silencio, que demuestra que eso no ocurrirá a corto plazo.