Tenía claro Iraola que debía hacer cambios en el once y lo tenía claro porque apenas hay tiempo para recuperarse de un esfuerzo cuando ya tienes que afrontar el siguiente y, nada más terminar este, ya tienes encima el próximo. Si a esto le sumamos que el Rayo juega dos partidos de visitante, con sus respectivos desplazamientos a Oviedo y Albacete, el trabajo que debe realizar el equipo se limita a jugar, recuperar, jugar, recuperar...

Iraola estaba obligado a poner a prueba el fondo de armario de su vestuario y se inventó un once que costó hacer reconocible sobre el papel. Dos laterales zurdos, ningún delantero centro, la vuelta del lesionado Mario Suárez y del 'recuperable' Oscar Trejo fueron algunas de las novedades, que no las únicas de un once que no deslumbró sobre el Carlos Tartiere.

La primera acción ofensiva del Rayo llegó superados los diez primeros minutos y lo hizo con la habitual combinación de juego de 'Los García'. Un robo de Fran, apertura para Alvaro, centro buscando a Andrés que terminaría abortando la defensa de un Oviedo que sólo intentaba inquietar a Dimitrievski con disparos lejanos que no generaban el peligro que les hubiese gustado a los asturianos.

Con la historia del partido escrita para que no pasara gran cosa, Catena cortaba un buen pase interior evitando que el Oviedo rompiera la tendencia plana y sin sobresaltos de una primera mitad en la que el Rayo unicamente lo intentó con un remate de volea de Fran García que detenía Femenías.

El plan B de Iraola no había sorprendido al Oviedo. El Oviedo no había sorprendido al Rayo. Resultado final: empate sin goles, sin ocasiones y sin mucho fútbol.

Para iniciar la segunda mitad, el técnico franjirrojo decidió que el partido necesitaba de la presencia de Isi, el 'mago' que se inventó un golazo el domingo para doblegar al líder. Con la salida de Isi, Martos se quedó fuera, Fran García se situó en el lateral y el Rayo recuperó a sus dos hombres habituales de banda (Isi y Alvaro, por derecha e izquierda).

Hubo que esperar un cuarto de hora para echarnos las manos a la cabeza con un buen remate de Catena al que respondió con una gran parada el cancerbero oviedista. El central remató bien de cabeza buscando inaugurar el marcador de un encuentro que ya tenía dueño, aquel equipo que vestía hoy con una indumentaria poco reconocible por estos lares: el equipo de la franja, con una camiseta en la que no se veía la franja.

Pero volviendo al fútbol, sería de nuevo Fran García, que sin duda es una de los grandes descubrimientos de este inicio de temporada, quien provocaría una nueva y clarísima ocasión de gol. Un tremendo disparo del lateral con pierna izquierda terminaría estrellándose en el palo derecho de la portería local. El Rayo encontraba un filón por la banda de los 'zurdos' y con la entrada de Joni Montiel volcó el juego hacia aquella zona, mucho más activa que la de Advíncula e Isi.

El Rayo estaba cómodo, había acumulado las ocasiones necesarias para haber decantado el partido a su favor, pero seguía sin sumar los tres puntos. El Oviedo apenas inquietaba, invitando a Iraola a buscar alternativas ofensivas para el tramo final. Mario dejaba su sitio para que Oscar Valentín 'refrescara' el centro del campo y Ulloa aparecía en escena para ocupar el lugar de Andrés Martín, convirtiéndose en el referente en punta de ataque. El Rayo ya tenía un hombre que fijara a los centrales, ahora tocaba acertar con los pases, sorprender con las llegadas y encontrar el camino del gol. Sobre el papel, todo claro, sobre el césped... ya es otro cantar.

El partido agonizaba y lo hacía lejos de donde esperaba el Rayo. Iraola había imaginado un final de encuentro con envíos al área y con superioridad por las bandas, pero la realidad nos ofrecía un correcalles sin sentido, sin precisión y sin la calidad necesaria para que el Rayo, que antes sí mereció más, se ganara de manera definitiva el derecho a sumar más de uno.

La jugada definitiva del técnico vasco fue meter más pólvora arriba, quitando a Alvaro y dando entrada al lesionado y recuperado Antoñito. No sirvió de mucho, porque entre los infructuosos intentos del Oviedo y los erráticos intentos del Rayo, finalizaba un duelo en el que los vallecanos estuvieron más cerca que lejos de ganar y en el que rompieron la racha de dos derrotas consecutivas de visitante. El domingo, tras recuperar físicamente al equipo, nuevo desplazamiento fuera de Vallecas. El Albacete de Zozulya espera al Rayo.