A nadie se le escapa que el Estadio de Vallecas no es el mejor lugar para vivir un partido de fútbol. Las obsoletas instalaciones, los problemas de estructura, las obras que han parcheado algunas de las situaciones más agravantes y la infinidad de reformas necesarias para que la instalación sea digna de ser utilizada de manera continuada por miles de aficionados demuestran la dejadez y el abandono que durante años se ha realizado en un estadio que, lejos de ser el orgullo del barrio, se ha convertido en el centro de todas las miradas, en el foco de todas las críticas. Aquí no vale con tirar balones fuera, las responsabilidades repartidas son un escudo en el que unos y otros se han parapetado desde hace años para que todo siguiera igual.
La Comunidad de Madrid está trabajando para intentar paliar los graves problemas del estadio y en gran medida gracias a la presión de las peñas, que durante años han llevado el problema a las instituciones pidiendo soluciones y sobre todo alertando por los riesgos que podrían acarrearse de seguir con el abandono del estadio. Despacio, sin mucha prisa, pero esas soluciones deberán llegar y, ahora que no hay público en los estadios, debería acelerarse al máximo para que cuando todo esté resuelto, el Estadio sea digno de su gente.
Pero más allá de los problemas graves, de las situaciones de mejora a nivel estructural, hay otro cuidado que tampoco se produce, el del día a día, la gestión y el control del estadio a nivel de mantenimiento. Ahí entra en juego de nuevo el club, el Rayo Vallecano, hacia quien se han dirigido muchas de las críticas realizadas por infinidad de abonados a lo largo de los últimos años. Limpieza de las localidades, mantenimiento de los accesos (luces que no funcionan, barandillas oxidadas, elementos peligrosos en determinadas zonas del estadio...) son algunas de las competencias que el club no ha atendido y que siempre ha intentado torear desviando la atención hacia la Comunidad.
El estado general del Estadio de Vallecas es lamentable desde lo básico hasta lo más profundo y, como vallecanos, como rayistas, da auténtica vergüenza encontrar imágenes como las mostradas por nuestro compañero de Radio Marca, Israel Herráiz, vallecano y abonado del Rayo, que, como nosotros, siente que la imagen de Vallecas queda dañada cuando uno de sus máximos exponentes ofrece situaciones como las que se pueden encontrar en el interior de nuestro estadio.
El @RayoVallecano ha jugado 6 de los últimos 10 años en Primera División. Como institución, ¿de qué ha servido? Estas fotos son de ayer. Un ejemplo para el que no tengo palabras. Y me ahorro el enseñaros la cabina de @RadioMARCA que es donde trabajo cada fin de semana...🤷🏻♂️😔 pic.twitter.com/IMeFtkrNEq
— Israel Herraiz Fdez (@IHerraizFdez) September 6, 2020