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RAYO. Opinión

Al final siempre pagan los mismos

Columna de opinión sobre la sanción a la afición del Rayo

Escrito por Sábado, 08 Febrero 2020

    Opinión. "Uno ya se cansa de los agravios comparativos, del "yo no he oído nada", del "no se ha indicado en el acta" o del "es lo de siempre". Ya está bien".

    Al final siempre pagan los mismos

    Opinión. Llegó el momento de la decisión definitiva, la decisión que debía definir como insulto grave merecedor de una sanción ejemplarizante aquello de 'Zozulya, puto nazi'. Y, para qué engañarnos, a pocos, por no decir ninguno, a ninguno de nosotros nos ha extrañado lo más mínimo que dicha decisión definitiva haya sido seguir adelante con lo 'juzgado' en un primer momento. De nada sirve decir que si una persona, más allá de ser futbolista, electricista o de la profesión que sea, se muestra pública o privadamente con simbología de cualquier tipo, es fácil que se le considere afín a esa ideología. Blanco y en botella. Después podemos entrar en las deliberaciones que creamos oportunas sobre el cántico de marras, pero el trasfondo de todo esto va mucho más allá del cántico (que sigo manteniendo que fue coral por buena parte del estadio y no solo del fondo, como se sigue queriendo mostrar para criminalizar al grupo que ocupa dicha zona del estadio).

    Uno ya se cansa de los agravios comparativos, del "yo no he oído nada", del "no se ha indicado en el acta" o del "es lo de siempre". Ya está bien. Valorar el 'caso Zozulya' por separado daría para muchos debates sobre la gravedad o no del hecho en sí, sobre si la sanción es excesiva o no o sobre si es un ejemplo a seguir. Valorar esto por separado es imposible y lo es porque si en Tenerife le hacen un homenaje a Iñaki Williams es porque en Barcelona se le insultó gravemente (eso sí es racismo, señores inteligentes y no lo de Vallecas, aunque algunos aún se empeñen en llamarlo así). Valorar esto por separado es imposible porque en otros sitios se ha deseado la muerte de otra persona por el simple hecho, casi nada, de vestir una camiseta diferente a la que vestía unos meses antes. Inaudito. Valorar esto por separado es imposible porque este club, nuestro Rayo Vallecano, es incapaz de defender nada, se limita a pedir que se trate a todos por igual y terminará pagando los 18.000 euros (o no, bueno, quizá tampoco los pague) y, además, verá como lo que resta del Rayo - Albacete se juega a puerta cerrada (¿por qué? Si sólo se cantó en el fondo... y, además, supongo que los aficionados del Albacete no lo cantaron) y en los partidos ante Huesca y Elche, salvo recurso, se jugará con el fondo vacío (ya lo hemos visto así a principios de temporada, aunque por una razón muy diferente).

    Los que mandan en esto del fútbol tenían una oportunidad espectacular para haber puesto un poco de cordura en todo esto. Ante el racismo no se pueden tener medias tintas. Y me da igual que el club en cuestión identifique a uno, dos o doce personajes en un momento puntual (lo de Shakira y Piqué fueron muchos más y no pasó nada). Si se tira por el camino de en medio con el Rayo, porque hubieran quedado retratados demasiados personajes en esto del fútbol moderno, se podría haber aprovechado para limpiar el honor de nuestro fútbol haciendo mucho más en esos otros estadios. Es más, luchar contra el fascismo entiendo que debe ser una premisa a aplaudir, no voy a exagerar pidiendo una medalla para los que gritaron lo de 'Zozulya, puto nazi', evidentemente, pero pensemos un poco en el mensaje que se está transmitiendo. Si se puede actuar con evidente tranquilidad con expresiones, gestos y sonidos racistas, si se puede desear la muerte a alguien, si se puede aplaudir a un supuesto maltratador, pero no se puede silbar, abuchear o cantar contra alguien que se ha fotografiado con evidente simbología de dudoso gusto, ¿qué debemos entender?

    Por otro lado está la postura de la plantilla y el cuerpo técnico. Ahora vemos cómo se indignan al comprobar que las sanciones siguen adelante, aunque hace unos meses firmaron un comunicado desmarcándose de lo sucedido y señalando a su propia afición. Tampoco les vimos saltar al césped para hablar con nadie o para intentar jugar el resto del partido ante el Albacete. Los allí presentes, los que cantaron lo que se cantó y los que no lo hicieron, se quedaron esperando algún movimiento por parte de los que ahora se echan las manos a la cabeza pidiendo que se mida a todos por el mismo rasero. Pues bien, si el presidente (como él mismo reconoció en su rueda de declaraciones en los medios y en rueda de prensa) bajó a los vestuarios para proponer que se jugara a puerta cerrada la segunda mitad y estaba de acuerdo en la suspensión del partido, poco más podemos decir. La postura del Rayo es evidente, la postura de sus integrantes también lo fue y ahora no podemos jugar a olvidar que cada uno se posicionó en su momento del lado que se creyó más oportuno. Yo también me posicioné y sigo haciéndolo. Una sanción ejemplarizante tiene que tener continuidad y se ha puesto el listón demasiado alto (no se va ni a rozar en otras situaciones). Pero es más, como bien preguntó nuestro compañero Nacho Herrero en rueda de prensa en una ocasión ¿se retirará el Rayo de cada partido en el que la afición contraria insulte a sus aficionados gravemente? Eso sí que sería medir por el mismo rasero a todos los que integramos esto del fútbol, ¿o acaso 'Zozulya, puto nazi' es mucho más grave que 'Vallecanos hijos de p...' o 'Vallecanos, yonquis y gitanos'? por poner un ejemplo. 

    Se ha perdido una ocasión buenísima para haber marcado bien claramente dónde está la línea del racismo y el insulto grave por condición de raza, genero o condición sexual y dónde está la línea de quién es cada cual por sus actos o expresiones públicas. Una pena, pero al final parece que siempre pagan los mismos.

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