Así debería vivirse el fútbol cada fin de semana. Sin importar la victoria o la derrota. Sin importar los colores del rival. La fiesta del deporte rey se vivió en Barakaldo antes, durante y después de un partido que cayó del lado franjirrojo. El Rayo Vallecano estará en el bombo de los 1/16 de la Copa del Rey tras cuajar un partido serio en el estadio de Lasesarre frente al Barakaldo.

No dejó de creer el equipo vizcaíno en sus posibilidades ni aunque Piovaccari pareciera sellar el pase a la siguiente ronda de los de Vallecas. Lo tuvieron cerca combinando entrega, pelea, sacrificio y momentos de buen juego. Pero como sucede en la mayoría de ocasiones, el pez grande se comió al pequeño.

Muy pronto se iba a poner el Rayo Vallecano en ventaja tras una excelente combinación entre Piovaccari y Saúl. El centro al segundo palo de este era remachado a bocajarro por Pozo que mandaba el balón a la red. Un 0-1 tan madrugador que noqueó al Barakaldo durante muchos minutos de la primera parte pese a que en el inicio Juan Delgado y Julen López habían puesto a prueba a Morro.

El cancerbero rayista volvió a erigirse en protagonista del encuentro copero desesperando a los jugadores fabriles que una y otra vez se estrellaron en sus guantes. Pero esta vez Morro no estuvo 'solo' como ocurrió en Tarazona. El Rayo tocaba y se gustaba en los primeros 45 minutos y parecía disfrutar del intercambio de golpes con el conjunto local.

Alvaro García desaprovechó en varias ocasiones la posibilidad de marcar el segundo antes del descanso. Piovaccari si perforó la meta de Rabanillo pero el asistente frustraba la alegría visitante señalando fuera de juego. En el Barakaldo, el peligro partía de las botas de Juan Delgado que empezó a conectar con Iker Olaizola pero sus combinaciones se estrellaban en el espigado guardameta franjirrojo.

Si el Rayo Vallecano gustó y se gustó en la primera mitad, tras el descanso la cosa cambió a peor. Llegaron los minutos de desconexión fruto, tal vez, de una excesiva relajación viéndose por delante en el marcador. O, tal vez, de regular el esfuerzo físico antes de volver a jugar el miércoles contra el Lugo. O, tal vez, por presión y empuje del conjunto fabril que adelantó líneas y se fue a por el empate.

Antes del ecuador de este segundo tiempo, el Barakaldo había embotellado al Rayo en su campo. Fueron los peores minutos de los de Vallecas que sufrían para mantener el gol de ventaja. La manopla de Morro mandaba a corner un centro-chut de Sergio García cuando la grada de Lasesarre ya cantaba el gol. Desde el banquillo rayista no se veía nada claro y los cambios dan fe de ello: Andrés Martín por Pozo y Mario Suárez por Álvaro García.

El que no iba a perdonar era Piovaccari que vio como en la segunda mitad se le anularía un segundo gol por fuera de juego. El ariete aprovechó un pase en profundidad en una contra para batir a Rabanillo en el mano a mano abriendo su cuenta goleadora con la franja en competición oficial y sentenciando el partido.

El 0-2 cayó como una losa sobre el césped y sobre las gradas pero ni unos ni otros se rindieron hasta que el árbitro señaló el final de un encuentro en el que no hubo debut de los canteranos Dani Moreno y Luzzi pero sí una auténtica fiesta de hermanamiento entre aficiones. Gracias Barakaldo y ¡Viva el fútbol!