Como siempre pasa con los jugadores que dejan huella en la cantera del Rayo Vallecano, una vez que abandonan las categorías inferiores (ya sean juveniles o del filial), les seguimos la pista en Pasión por el Rayo Radio.

El pasado domingo el primer equipo masculino se enfrentaba (y perdía) contra el CD Lugo en el que militaba un 'viejo' conocido de la franja: Antonio Campillo. Tras varias temporadas al máximo nivel, el jugador está viviendo un calvario con frecuentes lesiones de rodilla y hasta recaídas. "Estoy con una lesión que llevo arrastrando desde hace tiempo y a ver si dentro de poco puedo estar. La rodilla está maltrecha y espero que poco a poco pueda disfrutar de esto siguiendo los pasos y el día a día para mejorar. Es muy duro estar lesionado aunque la gente no lo vea así. Cuando estamos lesionados y ves como está el equipo en una mala dinámica quieres ayudar a tu equipo siendo titular o suplente pero estando disponible para jugar. Echas en falta estar con la gente en el dia a dia con todos los compañeros, hacer las bromas... Cuando estas lesionado estas apartado porque estas haciendo otra cosa para volver con tus compañeros. Es fundamental el apoyo de la familia, mi pareja, mis amigos... Están pendientes de mi y hace que sea más fácil".

Campillo no ha perdido el contacto con los que años atrás fueron sus compañeros: Hablo de vez en cuando. "El otro dia estuve hablando con Embarba y le dije que se portara un poco mejor porque venía como un jugador diferencial. Es un jugador de los que marca diferencias".

Casualidades del destino, Embarba falló el penalti que pudo ser el 0-1 y acabó sacando la cabeza del pozo el CD Lugo: "Es lo bonito de la liga. Un equipo que puede estar abajo y con mala dinámica ganando dos o tres partidos vuelven a ser los mejores. Es una liga tan competida que al final hay que estar concentrado todos los partidos. Es una victoria que nos da mucha tranquilidad porque una derrota te dejaba en los puestos de descenso. No es fácil hacer el partido que hizo el equipo ante el Rayo Vallecano y ganar los tres puntos".

Encontró en Lugo el lugar donde crecer profesionalmente desde hace más de media década y al que está agradecido pero sin perder de vista la posibilidad de regresar al Rayo: "El Lugo apostó por mí y tuve la suerte que hay que tener. Les estoy eternamente agradecidos por hacerme mejor futbolista y persona. Es una gente espléndida y un club muy familiar y unido que siempre saca las cosas adelante. ¿Volver al Rayo? Siempre piensas en volver a un sitio donde estabas bien y la gente te cuidaba. Cuando estás tan cómodo siempre miras de reojo a ver si te llaman porque es un equipo que siempre va a estar arriba. No creo que vaya a bajar. Es un equipo muy bueno con un gran entrenador y grandes jugadores. En algunos partidos no ha tenido demasiada suerte pero al final el fútbol te da lo que haces".

Y nadie mejor que él para explicar esas luces y esas sombras que tiene proceder de la cantera: "Es difícil porque el fútbol te pide resultados. Va por épocas el hecho de que haya buenos jugadores. Pero si aciertas con eso, sacas mucha gente. Siempre ha habido mucha gente que entrenaba con el primer equipo. Cuando llegué al Lugo hace cinco años, no tenían filial. Cogieron uno y empezaron desde abajo y ahora está en tercera y ya han salido jugadores que han debutado con el primer equipo y es un club que da oportunidades. Gente como Antón cuando tiene la oportunidad lo aprovechan".

A Antonio Campillo le tocó hacer las maletas y abandonar el Rayo: "Tienes que entender que al final hay quien manda y quien decide y no hay que darle vuelta a las cosas. Y tienes que buscarte las habichuelas en otra parte y olvidarte de esas decisiones. Para mí fue muy bueno entrenar con Jemez. Siempre me gustó su forma de jugar y comparto su idea de juego. Las veces que estuve con el estuve muy a gusto y como en la ciudad deportiva estas muy junto con el primer equipo se hacía mucho más ameno. Siempre sacaba gente del juvenil, del filial... Como Embarba que duró un mes con nosotros y mira donde está ahora".

Y ese es el consejo que puede dejarles a los canteranos rayista de hoy: "El trabajo es lo que hará llegar la oportunidad. Y si no la tienen ahí la van a tener fuera. Un filial son 25 en plantilla pero solo 13 o 14 que juegan. Y luego al primer equipo subirán uno o dos. Es difícil pero que no piensen que se acaba el mundo ahí porque se puede hacer una buena carrera sin llegar al primer equipo".