C.D. LUGO 1 - RAYO VALLECANO 0

A veces hay cosas que parecen imposibles de explicar. La derrota del Rayo en Lugo es uno de esos misterios sin resolver que os pasamos a explicar. Jémez dejó fuera del once a Pozo para dar entrada a Oscar Valentín, manteniendo a Trejo y, por supuesto, a Comesaña en la zona central. Además, dejó sentado en el banquillo a Piovaccari para situar a Andrés Martín como delantero centro, con Embarba y Alvaro por bandas.

La primera mitad fue un quiero y no puedo del Rayo, que acumuló ocasiones claras de gol y que fue desperdiciando una tras otras para llegar al descanso con un sorprendente 0-0 que no reflejó la realidad de un partido que estuvo completamente volcado hacia área local. Embarba lo probaba con un potente lanzamiento de libre directo desde treinta metros que ponía a prueba por primera vez a un Cantero que fue, con diferencia, el mejor de su equipo en la primera mitad. El Rayo dominaba el balón y tenía a raya a un Lugo que apenas generaba nada en zona ofensiva y que dejaba muy tranquila a la línea defensiva y al portero franjirrojo. En cambio, el Rayo, con profundidad por bandas con Alvaro y Embarba, seguía sumando ocasiones de gol. Embarba volvía a probar con un buen disparo que pasaba junto al larguero culminando una buen contra. Se habían superado los primeros veinte minutos y el Rayo manejaba el ritmo del partido a su antojo.

Alvaro lo intentó por su banda y cedió un buen balón al que no llegó Embarba por centímetros. El Rayo se juntaba por los extremos y seguía percutiendo en ataque hasta lograr lo que buscaba. Un intento de despeje al que se anticipó Alvaro para tocar el balón y recibir una patada dentro del área permitiría a Embarba lanzar un penalti que podía suponer la justicia a lo que se veía sobre el césped. El partido se acercaba a la primera media hora y el Rayo gozaba de la mejor ocasión para adelantarse en el marcador, pero Embarba, que lanzó el penalti por el centro vería cómo Cantero, que se había vencido a su derecha, despejó su lanzamiento con el pie de arrastre para mandar al limbo la pena máxima.

Pese al golpe de fallar el penalti, el Rayo no bajó los brazos y siguió atacando. Saveljich en dos ocasiones, ambas con remate de cabeza, estuvo cerca de poner el 0-1 en el marcador pero, en una ocasión enviando el balón directamente fuera y en otra a las manos del portero, el partido se encaminó al empate sin goles que nos brindó una primera mitad en la que el Rayo fue mejor que el Lugo, sin plasmarlo en el marcador.

La falta de puntería condenó al Rayo

Una clara mano de un defensor dentro del área, interpretada por el colegiado como rechace de su propia pierna, pudo haber decantado el choque, también pudo hacerlo una clarísima contra en la que corrieron Andrés Martín, Embarba y Alvaro y que se perdería por la poca precisión de Andrés en su envío sobre Embarba. Así se resumieron los primeros veinte minutos tras la reanudación de un partido que poco a poco parecía ir igualándose y en el que el Lugo generaba algo de peligro, aunque poco, en los lanzamientos a balón parado.

El choque parecía controlado por el Rayo hasta que tras un parón por la lesión de Gerardo, que se había incorporado tras el descanso, y un carrusel de cambios que enfriaron el partido, el Lugo sorprendió al Rayo. Saveljich salió de zona y un balón filtrado a la espada de Catena en el hueco entre central y lateral zurdo sería aprovechado por Cristian Herrera para batir a Dimitrievski y poner un sorprendente 1-0 en el marcador del Anxo Carro. Ver para creer, pero el Rayo perdía en un partido en el que había desperdiciado infinidad de ocasiones y en el que el Lugo, en la primera clara que tuvo, la metió para adentro. La ley del fútbol volvía a cumplirse: quien perdona termina pagándolo.

Jémez daba entrada entonces a Piovaccari en lugar de Saúl y el Rayo seguía buscando su gol. Lo intentó Embarba, también Andrés Martín y por supuesto Alvaro, pero el Lugo se defendía con todo y el Rayo se veía incapaz de meterle mano al conjunto gallego. El partido se escapaba entre los dedos y el Rayo no entendía cómo se esfumaba un enfrentamiento en el que dominó de cabo a rabo, en el que remató a portería en una treintena de ocasiones y en el que el Lugo, sin generar absolutamente nada, se llevaba los tres puntos. Tan mal se dieron las cosas que en el descuento (se añadieron seis minutos), tras una buena acción de Alvaro, Andrés Martín remataba con el portero batido y estrellaba el balón en la cepa del poste. Nadie lo entendía, pero así sucedió todo y el Rayo se vuelve de Lugo con el zurrón vacío. Segunda derrota consecutiva y el Rayo se queda fuera de los puestos de play-off.