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RAYO. Despedida de Míchel

El peor trago para Míchel

Míchel se despidió hoy de su club y lo hizo con palabras de agradecimiento para el club, compañeros, jugadores y aficionados. Una rueda de prensa marcada por un profundo sentimiento rayista.

Escrito por Martes, 19 Marzo 2019

    Míchel se despidió del rayismo en una rueda de prensa marcada por la emotividad y el sentimiento rayista de principio a fin. El aplauso unánime de los medios presentes en la sala de prensa resume lo que se pudo vivir esta mañana en el "hasta pronto" del entrenador.

    Día emotivo en Vallecas, día de despedidas, día de sentimientos a flor de piel y de aplauso final a un hombre que representa a su barrio, a su club, a su afición, a su plantilla y a él mismo, con la autenticidad del que solo expresa lo que siente, sin artificios, sin populismos, sin exageraciones, con total naturalidad. Este mediodía, en la sala de prensa de la ciudad deportiva del Rayo Vallecano, hemos vivido una de esas escenas que se repiten con demasiada frecuencia en nuestro fútbol (destituciones por falta de resultados), una de esas despedidas que vienen a representar que en este deporte-negocio o negocio-deporte, lo que menos importan son los sentimientos. El fútbol hace mucho que dejó paso al mercantilismo y apartó la pasión y el sentimiento de sus gentes. Y Míchel y su Rayo lo escenificaron hoy en el peor trago para un gran rayista.

    Míchel se despidió de todos y lo hizo como lo hace un grande, sin un reproche, sin una mala palabra, sin un mal gesto. Para un momento complicado como el de hoy, emocionante de principio a fin, Míchel siguió en su habitual línea de buena persona y de respeto y cariño a su club, el Rayo Vallecano, el mismo que hace apenas unas horas le había despedido y le había dicho que no podía terminar el trabajo que inició cuando cogió al equipo camino de un descenso casi seguro a Segunda B de la mano de Rubén Baraja. El capitán de este barco en los últimos años agradeció al club la confianza depositada en él, tanto en su etapa como jugador como posteriormente en la dirección de metodología y como entrenador tanto del juvenil como del primer equipo. "Me emociono por los recuerdos tan maravillosos que he pasado aquí y sobre todo por la gente que forma el club, que es una gran familia y que los grandes éxitos son gracias a ellos. Personas que me llevo como amigos y que son el mayor éxito que puedo tener. Entrenadores de la cantera con los que he trabajado y de los que he aprendido. Agradecer a mi gente, a los que viven en el cuerpo técnico del primer equipo, desde Isi, que ya no está, Kiko, hasta mi segundo entrenador, Salva, han sido un gran equipo de trabajo y es de agradecer", empezaba con voz temblorosa y con ojos vidriosos una comparecencia ante los medios de comunicación que durante este tiempo hemos vivido con él los éxitos y este último mal paso que terminaba hoy. Pero aún tenía más agradecimientos que repartir. "A los jugadores, porque siempre he notado su respeto en los buenos y los malos momentos y un entrenador cuando ve que uno lo que intenta es mejorar y hacer lo que el cuerpo técnico pide, uno se siente realizado como entrenador y eso en estos dos años lo he vivido así, a pesar de estos últimos malos resultados". Por último, Míchel se acordó de la afición, entre trago y trago de agua, "el Rayo pierde un entrenador ahora, pero gana un aficionado más".

    Así empezaba una comparecencia repleta de momentos marcados por la emoción y el sentir rayista a flor de piel, porque Míchel es el Rayo, aunque ayer dejara de ser su entrenador. "Espero que los jugadores se pongan a trabajar con el nuevo entrenador y que consigan el objetivo de la salvación, eso es lo más importante para el club y por lo que todos tenemos que pelear. A partir de hoy yo estoy fuera y no quiero ser foco de nada. El club me ha apoyado siempre, me ha dado la confianza y las decisiones se toman porque los números están ahí y yo poco puedo hacer. Lo intenté todo, trabajamos, y los jugadores trabajaron al cien por cien para sacarlo adelante, pero muchas veces por pequeños detalles no salieron las cosas y el fútbol es así, son números y no sentimientos y hemos hecho un buen trabajo, pero las cosas no han salido bien. Había que tomar la decisión, se ha tomado y espero que sea para bien, porque confío en ellos y espero que sean capaces de salvar al Rayo y que siga en primera muchos años", seguía comentando mientras su mal trago parecía reconducirse a una situación mucho más serena y estable.

    "Yo me veía preparado y me veía con fuerzas, pero también entiendo la postura que se ha tomado, porque tú ves que hay veces que las cosas salen, pero no durante noventa minutos, y el cambio viene por siete derrotas y necesitamos un revulsivo, una idea nueva. Yo espero que ellos lo saquen adelante, porque sé que tienen capacidad y estoy muy orgulloso del trabajo que han hecho conmigo. Las cosas salen bien o mal, pero las personas siguen y tendré gente con la que sé que podré contar en otro momento". Míchel volvía a hablar del futuro, pero también de la realidad y del presente. "Yo quiero que el Rayo se salve y vamos a ver si entre todos lo podemos conseguir. Ahora tendrán un Bukanero más animándoles", añadiendo sobre la posibilidad del regreso de Paco Jémez que le parecía bien, porque "sé que va a tener una plantilla al cien por cien para conseguirlo. Aprendí mucho de él y yo siempre he dicho que lo más importante son los jugadores, siempre se lo dije en el vestuario. Todo lo que podemos hacer desde fuera es ayudar y el barrio tiene que empujar ahora para que el equipo consiga la primera victoria que nos dará alas".

    Míchel seguía hablando en presente y en primera persona, pero repasó algunos de los momentos importantes de la temporada. "El día del Barcelona en casa tienes el partido ganado y no sale, el día del Leganés después de cinco partidos sin perder, lo empatamos con un jugador más y con el equipo echado hacia adelante y te meten un gol que nos duele mucho... pequeños detalles. No hemos tenido esa pizca de suerte que nos haga ver el futuro con optimismo".

    Y siguieron cayendo los momentos de sentimiento. ¿Es un adiós o un simple hasta luego? se le preguntaba. "No lo sé (bebiendo otro poco, nervioso). Me he ido dos veces. Ya me fui como jugador en contra de mi voluntad. Hoy me voy como entrenador en contra de mi voluntad y un rayista nunca se rinde, así que puede ser que haya una tercera vez", para pasar a ese momento en el que las palabras no salen. ¿Cómo le has explicado a tus hijos...? "No se lo he explicado" y ya sin agua seguía bebiendo, conteniendo las lágrimas a duras penas. "Hazme una pregunta de fútbol, no me hables de mis hijos..." intentando salir del paso mientras seguía luchando contra sus sentimientos. "No puedo hablar de esto"... terminaba una de las fases de la rueda de prensa marcadas por la emotividad más profunda.

    Hoy se despidió un entrenador, lo hizo como un señor, lo hizo con un sentimiento y con unas formas que pocas veces se ven en el fútbol profesional, porque Míchel es más que un entrenador para el Rayo. El aplauso final de todos los presentes, mientras apuraba su último trago de agua sentado ante los que le agradecieron el trato durante estos dos años, sería el final de una de esas ruedas de prensa que en Vallecas hacen que todo tenga un sentido diferente. Mucha suerte Míchel, mucha suerte capitán.

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