El Rayo Vallecano consiguió derrotar a la Cultura Leonesa en un partido en el que ambos conjuntos intentaron jugar a lo mismo, pero en el que, finalmente, tan solo uno pudo hacerlo. Y lo hizo el Rayo y lo hizo para ser superior de principio a fin a una Cultural Leonesa que apenas en varias ráfagas pareció identificarse con su fútbol y defender un criterio vistoso y muy agradecido para el espectador. Más allá del resultado, en Vallecas quedan varias noticias positivas: el debut como titular, además con gol, de Raúl de Tomás, la celebración de 'Chori' en el tanto que cerraba el partido y, como no, la aportación de un Oscar Trejo de otra galaxia. Si a esto le sumamos que el equipo peleó presionando arriba hasta la extenuación, que Comesaña dejó destellos de la clase que atesora, que en defensa el equipo estuvo sobrio, aunque sin apenas trabajo y que el bloque funcionó, principalmente en la segunda mitad, el resultado se antoja incluso algo corto para los merecimientos de un Rayo que hoy sí estuvo a la altura.

Sorprendió Míchel dejando en el banquillo a Trashorras para jugar con un triángulo formado por Fran Beltrán, Comesaña y Trejo, volviendo a dejar los costados para Unai López, al que ha quitado del medio para escorarle en una banda, y Adrián Embarba, que hoy cumplió cien partidos y lo hizo luciendo el brazalete de capitán.

El partido arrancó como se esperaba, con el Rayo dominando y generando peligro por la izquierda con Alex Moreno (menos activo hoy que en partidos anteriores) y con Unai López. Trejo se movía con soltura entre las líneas abiertas de una Cultural que, defensivamente, no es ni de lejos de los equipos más aplicados. Con el dominio del juego y con varias ocasiones claras de gol llegaría Trejo para abrir la lata y encauzar un partido que, hasta la segunda mitad, no tendría una definición clara. El argentino sigue siendo el timón de un equipo al que se ha sumado con gran éxito el lateral Baiano, relegando a Galán a la grada, y Raúl de Tomás, que le pondrá las cosas casi imposibles tanto a Javi Guerra como a Manucho. Su aportación, lejos todavía de su mejor estado de forma, ya deja entrever lo que Vallecas puede esperar de él. Si su espíritu competitivo se ve acompañado de goles, las cosas seguro que le irán muy bien en este equipo.

Tras el 1-0 y sin que apenas hubiera tiempo para nada más, la Cultural lograría empatar en la primera y única ocasión que tuvo a favor en todo el encuentro. Buendía, tan solo tres minutos después del tanto de Trejo, volvía a nivelar un choque que, a partir de ese instante, nos dejaría una estampa muy poco habitual hasta ese momento. El conjunto leonés se adueñó del balón, movió de lado a lado, tocó y tocó hasta aburrirse, mientras el Rayo se colocaba defensivamente y esperaba algún robo que le permitiera volver a respirar. Poco más sucedió en una primera parte que había tenido dos fases separadas por el momento de los goles, con cambio de protagonismo.

La segunda mitad nos ofrecería la mejor versión de los de Míchel. La presión alta daba siempre sus frutos y las recuperaciones en campo contrario se convertirían en la tónica de un duelo que ya no tendría vuelta atrás. El dominio abrumador de los vallecanos obtendría su premio cuando, en el minuto 60, De Tomás era derribado dentro del área. El propio delantero centro se encargaría de redondear su momento estelar, logrando un 2-1 que hacía justicia a lo que se estaba viendo sobre el terreno de juego. La Cultural intentó dar un paso al frente y quitarse de encima la presión de un Rayo que siguió incomodando a los leoneses en la salida del balón, impidiéndoles desplegarse en ataque para llegar al área de Alberto. El Rayo era muy superior y merecía más. De Tomás estuvo cerca de volver a golear de nuevo en un envío al punto de penalti que no alcanzó a rematar. La presión de la grada y la entrada de Trashorras y 'Chori' Domínguez harían el resto. Un balón peleado y ganado por el centrocampista gallego, que había entrado en el tramo final del partido para dar más presencia al centro del campo vallecano, se convertiría en el primer gol tras la vuelta de 'Chori', que lo celebró casi como si fuera el primero de su carrera deportiva. La ilusión del argentino fue su respuesta personal a la acogida recibida desde la grada cuando Míchel decidió que había llegado su momento.

Con el tanto del argentino se cerró una tarde de fútbol en la que la lucha de dos conceptos alegres y ofensivos se decantó del lado del equipo que más empeño puso y más trabajó la faceta de presión y recuperación. La sonrisa vuelve a Vallecas después de una racha con falta de gol y con dudas sobre la línea a seguir.