Decidiste cambiar de posición a Iborra adelantándole unos metros.

Ibamos perdiendo y en lugar de jugar con dos medios centros lo hemos hecho más en triángulo, intentando contrarrestar la superioridad numérica del Rayo y esas posesiones tan largas que hacen que te desquicies. La pena es que ha durado muy poco tiempo el empate.

Da la sensación de que en estos meses nadie ha creído en la posibilidad de luchar por Europa.

Se pueden hacer muchísimas reflexiones al respecto. El resumen es que para eso hay que ganar partidos y si no los ganamos, pues difícilmente vas a lograrlo. ¿Que yo no he sido capaz de transmitirlo? Pues seguramente, porque soy el gestor del grupo, máximo responsable y posiblemente no he sido capaz.

El equipo ha estado cerca de lograr la igualada.

El Rayo es un equipo que juega largo, que deja muchas alternativas en el juego y mira si es curioso que con 1-3 nadie creía en el partido y perfectamente podíamos estar hablando del empate, que no vale para nada, pero es verdad que la diferencia del partido ha estado en la eficacia. El Levante para meter un gol tiene que generar muchas ocasiones y la pegada del Rayo no la vamos a descubrir ahora. Están haciendo una gran temporada, hay que felicitarles sobretodo por la propuesta y la pegada que tienen arriba.

El Levante actual es muy diferente al de la primera vuelta.

No soy una persona que se acuerde nunca de los que no están, pero vete al equipo tipo del Levante, mucho más competitivo y con un goleador, que es lo que marca la diferencia con los rivales. En Primera División es difícil mantener la portería a cero, lo que te obliga a, que si te marcan uno, tener que marcar dos, y a nosotros este año nos está costando mucho.

Tiene a Aquafresca, ¿está contento con su rendimiento?

 Si no estuviera contento, no jugaría. Hoy se podía haber llevado el balón firmado por esa que no llega por poco y ésta última en la que estaríais cantando el empate.

¿Estás así por la derrota o por la temporada?

La impotencia de no conseguir una victoria. Son muchas jornadas, sobre todo en casa, con la afición, que se vuelca. No se le puede discutir al equipo su esfuerzo, que pierda 1-3, con el calor que hacía y siga creyendo. Es más impotencia que otra cosa.