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CRÓNICA

At. Madrid 3-0 Rayo Vallecano: Contundencia ofensiva contra fragilidad defensiva

El Atletico marcó al principio y al final de la primera parte y sentenció en la segunda

Escrito por Jueves, 24 Abril 2025

    El Rayo cayó claramente (3-0) ante un Atlético de Madrid, contundente en ataque, que supo aprovechar la fragilidad defensiva del equipo vallecano.

    Isi Palazón durante el At. Madrid - Rayo VallecanoIsi Palazón durante el At. Madrid - Rayo VallecanoPasión por el Rayo

    Ficha técnica:

    At. Madrid (3): Oblak, Gallagher (Azpilicueta, minuto 80), De Paul (Koke, minuto 80), Barrios, Sorloth (Griezmann, minuto 60), M. Llorente, Lenglet, J. Alvarez, Javi Galán (Lino, minuto 80), Guliano (Molina, minuto 67) y Le Normand.

    Rayo Vallecano (0): Batalla (A), Ratiu (A), Pathe Ciss, Lejeune, Pacha Espino (Pep Chavarría, minuto 67), Oscar Valentín (Gumbau, minuto 67) , Unai López (De Frutos, minuto 67) , Pedro Díaz, Alvaro (Embarba, minuto 83), Isi Palazón y Nteka (Guardiola, minuto 75).

    Goles: 1-0. Minuto 2. Sorloth; 2-0. Minuto 44. Gallagher; 3-0. Minuto 77. Julián Alvarez.

    Árbitro: González Fuertes.

    VAR: Gil Manzano.


    AT. MADRID 3 (Sorloth, Gallagher y Julián Alvarez) - RAYO VALLECANO 0 (-)

    El empate ante el Valencia podía ser bueno o malo en función de lo que el Rayo fuese capaz de hacer en los siguientes partidos. El primer envite, en mitad de semana y antes del parón por la final de la Copa del Rey, era de aúpa: Atlético de Madrid en el Metropolitano. Ese nombre doble ya de por sí impone más que respeto, pero si además los colchoneros llegaban dolidos y escocidos por descolgarse de la pelea por el campeonato tras perder en el Gran Canaria, su peligro, a priori, era mucho mayor.

    Previendo un partido físico, Iñigo Pérez metió músculo en su equipo volviendo a confiar en Pathe Ciss de central con Oscar Valentín en el centro del campo y con Nteka en punta de ataque. Pero además, el juego de piezas sacó del equipo a Pep Chavarría para dar entrada al Pacha Espino, dejó fuera a Gumbau para poner a Unai y a De Frutos para dar opciones a Isi Palazón. La magia de Pedro Díaz y la velocidad de Alvaro por la izquierda debían hacer el resto.

    El Rayo tenía mucho que ganar y bastante menos que perder, porque su liga no es esta. Los complejos debían haberse quedado en Vallecas, de donde se acercaron al Metropolitano  un buen grupo de aficionados franjirrojos para apoyar a los suyos en una empresa tan complicada como asaltar el Metropolitano (hoy bastante más vacío de lo habitual, por cierto).

    Con los primeros 'pasecitos' del Rayo la cosa pintaba bien, con el primer acercamiento del Atleti la cosa se ponía muy fea. Llegada por la derecha centro al segundo palo y, el de siempre, Sorloth remataba al fondo de la portería rayista. Apenas necesitó dos minutos el conjunto colchonero para romper la defensa de cristal vallecana. El segundo acercamiento de los locales, esta vez por la izquierda, hizo temblar de nuevo al rayismo con otro remate de Sorloth que se fue alto. Y la pesadilla del Atlético llegó en el minuto 8 con otra acción del noruego que se escapó de Lejeune para encarar a Batalla que salvó el segundo. La avalancha no era total, pero la presencia de Sorloth ya era suficientemente intimidatoria como para que los nervios del Rayo fueran 'in crescendo'.

    Superado el primer aluvión de ocasiones, que no de juego, el Rayo quiso entrar en el partido. Isi probó desde lejos sin mucho acierto y el resto se consumía en los metros finales, en los que se apagaban las luces y todo era oscuridad. El equipo movía la bola con criterio y calidad, pero el último pase, la idea definitiva, la lucidez en ese lugar en el que se demuestra la calidad absoluta (y se paga caro) venían a poner a cada uno en su sitio.

    El dominio rayista llegó a impacientar a la parroquia rojiblanca que agradeció a Oblak sus reflejos ante un remate a bocajarro de Isi, que era sin duda el más lúcido de los vallecanos en ataque. El partido había girado radicalmente hacia donde quería el Rayo, aunque el marcador seguía siendo desfavorable y la peligrosidad de los puntas atléticos más que evidente. Antes del descanso volvimos a repetir errores para llegar al 2-0. Nuevo centro al área y en esta ocasión Gallagher rematando a placer ante la pasividad de la defensa, que seguía dormida. El partido había mejorado mucho para el Rayo, el resultado empeoró demasiado.

    El descanso llegó y tras reflexionar lo vivido quedaba claro que la contundencia del Atlético de Madrid y la debilidad defensiva del Rayo habían llevado el partido a una situación ideal para los de Simeone y horrible para los de Iñigo.

    La segunda mitad arrancó con las mismas intenciones de unos y otros, con el Rayo mandando, controlando, jugndo y llegando y con el Atleti esperando su oportunidad para asestar el golpe definitivo al partido. Isi seguía empeñado en hacer trabajar y Oblak y su remate de cabeza, merecedor del primero para el Rayo se quedó sólo en el "Uuuuuuy" de la grada franjirroja. El aviso era claro, pero ni contundente ni definitivo. Había que seguir remando.

    De repente pareció que el Rayo había contagiado al Atlético, que era ahora el equipo al que se le fundían a negro las ideas en los metros finales. Los vallecanos seguían haciendo un gran trabajo en la presión recuperando balones para salir en transición, pero además también tenían la templanza para mover de lado a lado a los de Simeone. Solo faltaba un gol para que las sensaciones se transformaran en realidades. Lo intentó Unai desde lejos, pero su rematé murió mansamente en los guantes de Oblak.

    Al cuarto de hora, Sorloth, la pesadilla atlética se iba a descansar y su reemplazo era un tal Griezmann, con eso ya se veía el potencial de uno y otro equipo.

    Otra llegada rayista se fue al limbo con el desviado remate de Ratiu. El Rayo lo seguía intentando antes de que Iñigo mirase a su banquillo para dar refresco a su once. Guardiola, Pep y Gumbau fueron los elegidos, sentando a Pacha, Oscar Valentín y Unai López. Los franjirrojos no se resignaban a irse del derbi sin dejarse hasta la última gota de sudor demostrando que habían llegado hasta aquí por algo, pero esta noche tampoco parecía ser la ideal para que la racha negativa se rompiera de una vez por todas. Y de nuevo se impuso la lógica. Con el Rayo intentando ser más valiente, los riesgos eran evidentes y ante equipos como el Atlético esto se paga. Un pase a la espalda de la defensa iba a ser aprovecha por Julián Alvarez para cerrar el partido con el 3-0.

    Ahora toca esperar algo más de una semana para ver si, ante un rival de tu propia liga, la cosa cambia. De momento, en el Metropolitano tampoco se dio.

     

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