Opinión. Podríamos decir que el Centenario del Rayo Vallecano está pasando sin pena ni gloria, pero creo que es más apropiado decir que está pasando con pena y, desgraciadamente, sin gloria. Me da pena pensar cómo han conseguido desactivar la ilusión y las ganas de miles de rayistas de celebrar un año que podría haber sido precioso y que por su dejadez y medido desdén han transformado en "un año más". Que la 'pelotita' esté entrando y que, a día de hoy el equipo esté en puestos que ni por presupuesto, ni por historia, ni por otras muchas cuestiones le correspondería, no aplaca ni un poquito la rabia y la desazón que me provoca lo que están haciendo, o mejor dicho, lo que no están haciendo con el Centenario rayista.
Ya he denunciado muchas veces, tanto aquí como en el programa de radio que con humildad dirijo, la falta de interés de los dueños de un club abandonado a su suerte en todo lo que no sea su primer equipo. ¿Alguien sería capaz de destacar algo de este centenario que se celebra en su año 101 y que dentro de muy poquito habrá pasado? No voy a enumerar las cuatro cosas que han hecho porque me da vergüenza. Tampoco voy a recordar todas las que podrían haber hecho, porque me da más vergüenza todavía.
Vengo aquí una vez más a reivindicar el valor infinito de la gente del Rayo, que merece mucho más de lo que ha recibido (que es nada o casi nada). De no ser por sus aficionados nada espectacular hubiéramos podido contar. Los partidos ante el Athletic o el Valladolid son dos pequeños ejemplos de lo que saben y pueden hacer. Sin la ayuda del club los grandes eventos son imposibles de llevar a cabo. Y, por su puesto, la ayuda del club, que debería haber liderado todo, ha brillado por su ausencia.
Desconozco si el presidente estará orgulloso de cómo ha gestionado el Centenario (tampoco me importa lo más mínimo). No tengo ni idea de si estará feliz y podrá dormir cada noche pensando que lo que ha hecho es lo que merece este club y su dilatada historia. No sé si algún día, con un poco de suerte, alguien que quiera más al Rayo que él o ellos nos resarcirá de esto. Lo que sí sé es que el Rayo sólo cumplirá 100 años una vez y que yo no llegaré a disfrutar del bicentenario, que espero que el Presa de turno trate con más cariño y dedicación que el actual.
El Centenario del Rayo, con todos los respetos, me ha parecido y me está pareciendo lamentable. Con pena y sin gloria, además de muy triste.