Ficha técnica:
C.A. Osasuna (1): Herrera, Juan Cruz (Bretones, minuto 45), Torró, Moncayola (A) (Iker, minuto 80), Ibáñez (A) (Raúl, minuto 45), Aimar, Areso, Rubén García (Barja, minuto 75), Budimir, Boyomo y Catena.
Rayo Vallecano (1): Batalla (A), Ratiu, Lejeune, Mumin, Chavarría, Oscar Valentín (A), Unai (Gumbau, minuto 68), De Frutos (Balliu, minuto 60), Embarba (Nteka, minuto 86), Isi (Trejo, minuto 86) y Camello (Alvaro García, minuto 68).
Goles: 0-1. Minuto 19. Camello; 1-1. Minuto 60. Rubén García.
Árbitro: Muñiz Ruiz.
VAR: Iglesias Villanueva.
OSASUNA 1 (Raúl García) - RAYO VALLECANO 1 (Camello)
No hay mal que mil años dure, ni herida que sangre eternamente (en ocasiones ni tres días). Eso debió pensar Iñigo Pérez cuando al plantear el partido ante Osasuna compuso la alineación que todo el rayismo esperaba para el duelo copero ante la Real Sociedad. Sin estar en la cabeza del técnico, es probable que a posteriori quizá se arrepintiera de alguna decisión consciente de la ilusión que la Copa despertaba en el rayismo, pero ya no había vuelta atrás. El jueves tenía que decidir entre dar continuidad a los menos habituales y premiarles por última vez con un duelo de máxima competitividad o confiar en los de 'casi siempre'. La apuesta no salió bien, pero al menos sirvió para que el bloque habitual en liga llegara más descansado a un partido importante en El Sadar.
Sólo repitieron Lejeune, Oscar Valentín y De Frutos, el resto cambiaron para olvidar la mala tarde noche de Anoeta y cambiar las sensaciones en Pamplona. La gran novedad y la gran esperanza de los 'rayirrojos' llegaba con la reaparición de Batalla bajo palos.
Enfrente encontrábamos a un Osasuna crecido tras su victoria ante el Athletic que quería seguir dando continuidad a su buen momento también en liga. Su técnico avisó de la dificultad del partido, pidió al osasunismo que apoyara de principio a fin y comparó a Rayo y Athletic, guardándose las diferencias para no dar pistas a un Iñigo que quizá un día se siente en el banquillo local y que hoy sólo pensaba en salir victorioso de su Pamplona para regresar con +3 a su Vallecas.
El choque de tendencias 'postcoperas' estaba servido con dos equipos que querían balón, pero que tampoco estaban incómodos sin él. Osasuna empezó bullicioso, pero el ímpetu apenas les duró cinco minutos, porque rápidamente el Rayo iba a mandar un mensaje claro: "Hemos venido a jugar y a ganar".
Los primeros intentos rayistas por encontrar a Camello terminaban muriendo en el último pase o en la última toma de decisión del delantero, pero la presión era efectiva y la creación de juego tenía sentido. Los vallecanos llegaban al primer cuarto de hora vivos y con sensación de poder hacer más daño que su rival.
¡Y vaya si lo hizo! En el primer acierto de principio a fin iba a llegar el primer punto de sutura para nuestra sangrante herida. Tras un gran pase de Ratiu desde la banda derecha, Camello iba a ganar en velocidad a su par para 'cucharear' ante la salida de Herrera. El toque sutil del delantero ponía el 0-1 y premiaba el buen inicio de partido de un Rayo que con ese gol miraba a Europa con ojitos golosones.
El Rayo jugaba de memoria y volvía loco a Osasuna. La movilidad de Isi y Unai para iniciar el juego, las caídas de Camello al centro del campo para participar y abrir espacios y el toque preciso y precioso de todo el equipo, desarbolaban a los de Vicente Moreno que, alcanzada la primera media hora, veían como el partido sobre el césped no se parecía en nada al dibujado en la pizarra. El plan de partido tenía claro color y sabor vallecano.
El último cuarto de hora tocó apretar los dientes y sentir el empuje de los locales, que no querían irse a vestuarios sin aportar algo de chispa a un partido en el que estaban siendo inferiores. La solvencia defensiva del Rayo permitió llegar al descanso en ventaja y asustando de nuevo con una acción de De Frutos, Camello y Embarba que pudo haber supuesto el 0-2. Así se cerraba el primer acto, todo en orden.
La segunda parte arrancó con un escandalazo de jugada de De Frutos. El caracaoleo del extremo vallecano dejó a Bretones recogiendo trocito a trocito su cadera (todavía debe estar buscando alguno). Lástima que el disparo final no encontrase el merecido premio del gol en un prometedor arranque de segundo tiempo en el que el equipo debía aprender a sufrir ante un inminente cambio de tendencia. Si también aparecía el salvador Batalla, el miedo rebajaba su intensidad. Moncayola puso a prueba al argentino, que replicó con una gran parada. El balón pertenecía a Osasuna y el Rayo debía transitar con velocidad tras robo. Ahí estaba la clave del partido tras el descanso. Robar y salir a todo trapo.
El cambio de tendencia se iba a confirmar al cuarto de hora. Raúl García marcaba un golazo de cabeza adelantándose a todos para poner las tablas en el marcador y enfriar el buen partido del Rayo.
Iñigo entendió que las cosas iban a ser diferentes y que necesitaba extremos de largo recorrido. Decidió sentar a De Frutos para poner a Balliu de lateral y a Ratiu de extremo. El partido estaba igualado, cualquiera podía ganar y cualquiera podía perder. Isi se inventó un disparo desde Cieza que voló y voló para, desgraciadamente, estrellarse en el travesaño. La acción posterior con falta de remate dentro del área bien pudo haber llevado el 1-2 a un marcador que parecía que tarde o temprano terminaría rompiéndose para un lado o para otro.
No sabemos la suerte que tenemos de tener este futbolista en nuestro equipo. Vaya melocotonazo de gol nos ha birlado Sergio Herrera pic.twitter.com/OJSshmFU1I
— Pasión por el Rayo/PxR Radio (@pasionporelrayo) January 19, 2025
En el tramo final Osasuna buscó con ahinco el gol, con el Rayo empleándose a fondo para evitar que la historia le volviese a penalizar en los minutos finales. La respuesta rayista con idea de sumar tres en lugar de un punto de sutura se quedó en el intento, pero gran partido franjirrojo para seguir soñando con lograr la salvación más pronto que tarde.