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CRÓNICA

Rayo Vallecano 0-2 Real Sociedad: Un Rayo sin intensidad

Los franjirrojos regalaron 45 minutos a una Real eficaz al máximo que puso tierra de por medio

Escrito por Sábado, 21 Enero 2023

    Sorloth y Barrenetxea dieron la victoria a los donostiarras

    Santi Comesaña, en un lance del Rayo Vallecano - Real SociedadSanti Comesaña, en un lance del Rayo Vallecano - Real SociedadPasión por el Rayo

    Ficha técnica:

    Rayo Vallecano (0): Dimitrievski, Balliu (Salvi Sánchez, minuto 81), Lejeune, Catena, Fran García, Unai López (Comesaña, minuto 46), Ciss, Isi (Nteka, minuto 65), Trejo (Falcao, Álvaro García y Camello (Andrés Martín, minuto 81)

    Real Sociedad (2): Remiro, Elustondo, Zubeldia, Le Normand, Rico, Illarramendi, Marín (Carlos Fernández, minuto 80), Brais Méndez (Olasagasti, minuto 63), Silva (Ander Martín, minuto 63), Sorloth (Oyarzábal, minuto 63) y Barrenetxea (Robert Navarro, minuto 69)

    Arbitro: Mateu Lahoz

    VAR: Jaime Latre

    Goles: 0-1. Minuto 14. Sorloth. 0-2. Minuto 40. Barrenetxea


    RAYO VALLECANO 0 () - REAL SOCIEDAD 2 (Sorloth y Barrenetxea)

     

    Un rayo es algo vibrante, potente, "una chispa eléctrica de gran intensidad" tal y como lo define la Academia. Aunque hoy en Vallecas no se vió nada de eso: ni poder, ni energía, ni mucho menos intensidad en un Rayo Vallecano desconocido. Y el resultado de jugar andando durante 45 minutos y algo más ante un equipo como la Real Sociedad fue de 0-2 pero pudo ser peor.

    El conjunto txuri-urdin ahogó durante la primera parte la salida de balón de los franjirrojos. Y cuando tuvo la pelota hizo lo que quiso con el tempo, el ritmo y el control del encuentro. Pese a ello los de Vallecas no sufrían hasta que el exceso de relajación local fue aprovechado por Silva para adelantarse a Unai y filtrar un pase de gol a Sorloth. El noruego definió entre las piernas de Dimitrievski para abrir el marcador.

    Lejos de envalentonarse y pisar el acelerador, el Rayo se quedó lamiéndose las heridas, perdiendo balones en pases fáciles y sin pisar con peligro el área de Remiro que vivió plácidamente el choque hasta el segundo tiempo. Ni desde lejos ni desde cerca conseguían los de Vallecas tirar entre palos. Una situación que se mantuvo así hasta el minuto 46. Inconcebible en el fútbol moderno.

    Y si a priori el calendario invitaba a que los locales se comieran el césped y los visitantes reservasen fuerzas para medirse a Barcelona y Madrid en menos de 7 días, lo cierto es que nada de eso pasó en un estadio que vivió un ambiente de gala antes, durante y después del partido. Ni unos ni otros parecían querer generar, jugar a nada mientras el cronómetro parecía detenerse con las continuas interrupciones de Mateu Lahoz. Sobrevolaba un espíritu de siesta colectiva.

    Solo así se explica que Sorloth tocara de tacón un córner en el primer palo y dejara solo a Barrenetxea en el segundo para batir a placer a la zaga rayista. 0-2 tan justo como inendentible. La consecuencia de regalar medio tiempo a un equipazo como la Real Sociedad.

    Mejoró el Rayo Vallecano en la segunda mitad con la entrada de Comesaña por Unai y la salida del letargo de muchos jugadores. Y llegó el peligro. Nada como meter una marcha más para empezar a meter miedo. El cabezazo de Lejeune no encontró portería gracias a la milogrosa intervención de Remiro.

    Empezó a llegar la franja hasta posiciones de ataque. Adelantó las líneas y combinó por dentro y por fuera. La tuvo Camello que cruzó demasiado. Como Fran García, Isi, Ciss... Illarramendi salvaba el gol de Álvaro García. Cuando el Rayo quiso, no encontró el acierto. Imanol lo vió claro desde el banquillo y metió aire fresco a su medular y a su ataque pidiendo a los suyos ir a la presión y no meterse atrás para no sufrir innecesariamente. Funcionó

    Marín y Olasagasti pusieron a prueba a un Dimitrievski inédito hasta el ecuador del segundo tiempo. La Real tenía atados y bien atados los 3 puntos y no iba a permitir que se le escapasen. En pocas ocasiones uno puede decir que ha domado a un rayo. Aunque fuese el menos Rayo que recordamos en la temporada. Un Rayo sin intensidad.


     

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