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CRÓNICA

Rayo Vallecano 2-0 Alavés: La vida puede ser maravillosa

Otro gran partido del Rayo para terminar un espectacular 2021

Escrito por Sábado, 18 Diciembre 2021

    El Rayo volvió a demostrar que el mejor local sigue disfrutando de la vida pirata en Vallecas.

    Rayo Vallecano 2-0 Alavés: La vida puede ser maravillosa

    Ficha técnica:

    Rayo Vallecano (2): Dimitrievski, Balliu, Saveljich, Catena, Fran García, Oscar Valentín, Comesaña (Ciss, minuto 86), Trejo (A) (Unai López, minuto 76), Isi (Falcao, minuto 86), Alvaro (Bebé, minuto 43) y Guardiola (Nteka, minuto 76).

    Alavés (0): Pacheco, Duarte (A), Laguardia, Tachi (A), Martin (Pellistri, minuto 76), Loum, Toni Moya (Edgar, minuto 54), Luis Rioja (Tirlea, minuto 76), Pere Pons (Manu García, minuto 61), De la Fuente (Sylla, minuto 61) y Joselu.

    Arbitro: Mateu Lahoz.

    VAR: Martínez Munuera.

    Goles: 1-0. Minuto 20. Guardiola; 2-0. Minuto 26. Catena.


    RAYO VALLECANO 2 (Guardiola y Catena) - ALAVÉS 0 (-)

    La vida sigue siendo maravillosa para el Rayo. Jugando domingo, miércoles, domingo. Jugando liga, copa y liga otra vez. Así se consume un espectacular año 2021 que se resume con un ascenso a Primera y con una presentación por todo lo alto entre los mejores del fútbol español. Europa sigue a varios pasos para el Rayo, pero pasos, no miles de kilómetros para un equipo empeñado en hacernos ver que la vida puede ser maravillosa.

    Hoy, regresando a la competición rutinaria, el Rayo volvía a jugar de local y lo hacía para demostrar por qué es el mejor local de la liga. Enfrente un Alavés recién eliminado en Copa y con mucha presión en liga, que llegaba a Vallecas para plantear un partido cerrado y que en apenas veinte minutos ya tenía con los esquemas reventados por un equipo en estado de gracia.

    Iraola tiró de lo habitual para afrontar el último choque de 2021, dando de nuevo la manija del centro del campo a Comesaña y repitiendo un once que ya se recita de memoria en un estadio que una vez más presentó un aspecto impresionante y que disfrutó con los suyos.

    El planteamiento inicial del choque estaba claro. Había un equipo, el Rayo, que quería dominar, que quería ganar desde el manejo del balón, y otro, el Alavés, que espera, se dejaba dominar, y buscaba que cualquier error de los locales les permitiera 'rascar' algo en el feudo del mejor equipo 'casero'.

    Con el Rayo llegando por banda izquierda, acumulando acercamientos al área de Pacheco, sería Dimitrievski el primero en intervenir para mostrar que el Rayo tiene argumentos en todas sus líneas. Un remate lejano era despejado por el macedonio en una gran intervención. Y a partir de ahí se desató el partido para los franjirrojos.

    A los veinte minutos Guardiola aprovechaba un gran pase de Alvaro García para anotar el 1-0. El Rayo era mejor que un Alavés que, además, en un saque de esquina rematado por Catena iba a ver cómo los vallecanos lograban el segundo sin haber alcanzado la media hora de partido.

    El Alavés cambió entonces de discurso y, con todo perdido, intentó avanzar líneas para arreglar un desaguisado para el que no vino preparado. Buscaba un partido de 0-0 y contragolpe y le tocaba jugar un partido de 2-0 y jugar al ataque. Y no supo hacerlo. El Rayo contuvo las tímidas llegadas de los vascos y, además, intentó seguir percutiendo en ataque, estrellando un balón en la cepa del poste.

    La peor noticia del primer tiempo, la lesión de Alvaro que le obligó a salir del campo siendo sustituido por Bebé.

    Segunda parte sin contratiempos, victoria y a descansar

    La segunda mitad arrancó igual que había finalizado la primera. El Alavés intentaba hacer algo, el Rayo lo hacía. El Alavés quería ir arriba, el Rayo lo conseguía. El partido estaba bajo control, con un Alavés que poco a poco se fue convenciendo de que todo estaba hecho y con un Rayo que esperaba el momento para poner la puntilla definitiva. Lo pudieron hacer entre Trejo y Guardiola, pero el pase de la muerte del argentino fue despejado por un defensa alavesista. Los visitantes no sabían qué hacer para lograr revertir la situación.

    El Rayo tiraba de inteligencia, de la que este año anda sobrado, y decidió que el partido debía jugarse a un ritmo menor, con pausa, con control, con toque. Al rival únicamente le quedaba el recurso del balón parado, pero ni por esas. Parecía claro que, una vez superado el ecuador de la segunda mitad, lo que ocurriera sólo podia ser bueno para un Rayo que refrescaba el equipo con la entrada de Nteka y Unai en lugar del jefe Oscar Trejo y de un Guardiola que, un partido más, hizo su trabajo.

    Fran García e Isi, en dos acciones consecutivas, pudieron hacer el 3-0. También lo había intentado Bebé en varias ocasiones, animado por el constante 'run run' de un estadio que ha tomado por costumbre animar al portugués a disparar cada vez que toca el balón. No lo lograron ninguno, pero la fiesta ya era plena. El Rayo hacía los deberes y demostraba que la vida es maravillosa.

     
     

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