Radamel Falcao apenas estuvo diez minutos sobre el césped del Estadio Santiago Bernabéu. En ese corto espacio de tiempo fue capaz de ser protagonista directo del partido. Primero escuchó la pitada del público local, recordandole su pasado rojiblanco, después consiguió el gol que recortaba distancias en el marcador y que apretaba el partido y acentuaba la intranquilidad dentro y fuera del terreno de juego y, finalmente, se retiró lesionado.

Sobre su lesión, Andoni Iraola no fue muy preciso en la rueda de prensa posterior al choque  y se limitó a decir que no parece "algo muy grave". El técnico franjirrojo comentaba que "creo que ha notado algo en el abductor. Él se conoce bien y nos ha avisado en cuanto ha notado algo. No creo que sea algo muy grave, pero no sé decirte el alcance ahora mismo". Está claro que la experiencia de Falcao con las lesiones ayuda al colombiano a detectar, quizá antes que otros futbolistas, el atisbo de una posible lesión que pueda ser más importante.

En cualquier caso, habrá que esperar al diagnóstico para saber si lo de Falcao es un susto o debe empezar a preocupar.