Con Trejo, pero sin De Tomás, con Chori, aunque sin Comesaña, con Galán, pero sin Baiano... las novedades del Rayo Vallecano no significaron un cambio significativo en un equipo que se medía a uno de los grandes 'cocos' de la competición, a un Granada que se llevó a Baena por 'mayor potencial', o que se quedó con Joselu pagando lo que muchos no podían ni imaginar. El regreso de Trejo parecía suponer en principio que el 'Chori' volviese a ser carne de banquillo, pero la baja de última hora del delantero de referencia, Raúl de Tomás, permitió una variante ofensiva que, visto lo visto, es tan válida o más como la primera idea del técnico vallecano. Domínguez se juntó con Trejo, entendió el fútbol de Embarba, se movió con desparpajo y generó peligro mientras trabajaba la presión junto a su compatriota. Además, Unai centró su posición y desveló las claves de su fútbol, su toque, su visión, su control y dominio de la situación. Unai está desaprovechado en la banda, no cabe duda.

Enfrente, el Granada de Oltra, que dijo que la grada de Vallecas "intimida", demostró ser un gran equipo. En el arranque se quedó con el balón, maniató al conjunto de Vallecas y le mantuvo a raya merced a sus largas posesiones, casi nunca finalizadas. Sí finalizó la primera el Rayo, con una entrada por banda de Embarba rematada por Aguirre en el segundo palo. El intento se marchó desviado. Los planteamientos iniciales eran claros, el Granada controlaba y dominaba y el Rayo se dejaba dominar y controlar para salir a la contra con gran velocidad.

A los doce minutos, uno de los grandes protagonistas del partido (aunque no el único), Alberto, tenía que lucirse para desviar un balón enviado desde muy lejos que se iría envenenando hasta convertirse casi en el primero de la tarde para los andaluces. Galán, con un centro-chut también probó a Rui Silva y, mientras la grada de Vallecas apretaba, el partido seguía igualándose cada vez más. Tras los primeros veinte minutos, el conjunto vallecano pareció decidido a demostrar que había entendido con mayor claridad lo que demandaba el partido y empezó a dominar. El balón pertenecía ahora al cuadro vallecano, mientras el Granada esperaba su oportunidad.

El Chori lo intentó desde la frontal, pero su remate alejado sería atajado por Rui Silva en dos tiempos, cerrando una igualadísima primera mitad en la que el gran perjudicado sería Oscar Trejo, que debió dejar su sitio a Javi Guerra tras sufrir un golpe en el isquio que le impidió seguir disputando el partido.

Con la entrada de Guerra, el Rayo cambió la posición de algunos jugadores, principalmente del Chori Domínguez, que retrasó algunos metros para jugar por detrás del delantero centro. Precisamente sería Guerra el primero en avisar tras el lanzamiento de un córner que finalizó en barullo dentro del área. El delantero estaba en su sitio, pero no logró contactar con el esférico, dando paso a unos momentos de gran intensidad y de continuos intercambios de golpes. Alberto sacó una mano espectacular ante un balón que se paseó por el área sin encontrar rematador y el Chori, tras recortar en la frontal y adentrarse en el área, remataría mansamente a las manos del portero visitante. Después sería Joselu el que terminaría 'estrellándose' contra Alberto, que seguía siendo el jugador más destacado de un partido que se mantenía vivo, pero que cada vez tenía más claro que se encaminaba al empate final.

Lo volvió a intentar Chori Domínguez, también Fran Beltrán con un remate alejado, y por último Galán que, a bocajarro, remató obligando a Rui Silva a hacer una de las paradas de la tarde-noche en Vallecas. Quedaban diez minutos y todo parecía claro: con los porteros en plan estrella, casi imposible marcar. 

El ambiente, frío en lo medioambiental, entró en ebullición cuando el colegiado decidía cortar una contra de dos contra uno, con Guerra y Chori en ataque, para señalar un fuera de juego anterior dentro del área vallecana. Ahí empezaría otro partido. Un balón sin dueño se paseó delante de Alberto sin que nadie acertara a rematar y Rui Silva volvía a hacer de las suyas ante un buen remate de Adrián Embarba. Quedaban cinco minutos y casi nadie podía esperar lo que sucedería instantes después.

Con el Rayo buscando el gol casi a la desesperada, sería Dorado, un hombre que no marcaba gol desde hace cinco años y que lograba el primero con la camiseta del Rayo, el que con un buen remate cruzado sorprendería a Rui Silva para llevar el delirio a la grada de Vallecas. La explosión de júbilo sería espectacular, demoledora. Seguro que ahí Oltra sintió lo que tanto 'temía'. El Rayo lograba tumbar a un buen Granada y lo hacía con gol de un central que nunca marca y en los minutos finales de un partido tremendamente igualado. Los vallecanos siguen con su racha como local y mantienen intactas sus opciones de cerrar el año entre los más grandes de la categoría. Próxima estación: Córdoba.