El Rayo Vallecano pudo ganar y pudo perder ante un Sporting que llegaba a Vallecas a confirmar su mejoría en el juego y a consolidar sus opciones de candidato al ascenso a Primera División. El conjunto franjirrojo, tras el empate del Lugo en su visita al Real Valladolid, arrancaba el encuentro con la posibilidad de ponerse líder en solitario de una Segunda División que sigue siendo una categoría de locos, en la que con dos puntos de diferencia encontramos a ocho equipos. Entre los actuales 'candidatos' a cualquier cosa están los vallecanos, que terminan la jornada sextos, pero que bien pudieron acabar primeros e incluso octavos.

El partido ante el Sporting no arrancó como esperaban Míchel y los suyos. El conjunto asturiano empezó tranquilo, dominando la situación, con claridad de ideas y rápidamente avisando de sus intenciones. La velocidad de Santos provocaba situaciones de ansiedad defensiva entre los franjirrojos que, a los seis minutos, veían como el delantero del conjunto asturiano ponía a los suyos por delante en el marcador y les lanzaba en busca de una victoria a la que el Rayo tardó en apuntarse.

En la primera mitad los de Paco Herrera fueron superiores a los locales que, con el marcador en contra, no supieron presionar, ni llegar con peligro de manera continuada. El juego era menos intenso que en otras ocasiones, los centrocampistas no dominaban el ritmo del partido, el delantero caía continuamente en la maraña defensiva del rival y el primer acto parecía conducirnos a un desenlance que Embarba y De Tomás volcarían en el momento menos esperado. Una galopada del extremo finalizada con un gran centro desde el lateral sería rematado de cabeza por De Tomás para nivelar el partido.

El tanto franjirrojo antes del descanso supuso un punto de inflexión que nos llevó a un escenario aún por explorar. Tras el paso por vestuarios, el Rayo cambió radicalmente de imagen. Empezó a presionar, recuperó muchos balones en campo contrario, apretó, aumentó su intensidad y, por momentos, apabulló y barrió del terreno de juego a un Sporting que ya no era el equipo sobrio y sereno del primer período. Los asturianos se limitaron, que no era poca cosa, a salir con velocidad y a poner en apuros a la defensa de un Rayo que en ocasiones debió recurrir a los reflejos de Alberto para 'salvar' los muebles. El Rayo había volteado el partido, dominó el juego e intentó no sufrir con la posesión de balón. Pese a su dominio, el Sporting dejó claro que si tenía que llegar la victoria franjirroja ésta se produciría después de salvar dos o tres ocasiones de peligro que no pudieron materializar.

Con el partido volcado hacia campo del Sporting, el Rayo buscó las alternativas de Diego Aguirre y Manucho para, tras abrir mucho más el campo, buscar la presencia del delantero en área ajena. Varias llegadas de Alex y Aguirre por la izquierda y de Embarba y Baiano por la derecha y algún intento de Oscar Trejo, que hoy estuvo algo más apagado, serían las opciones consumidas por un Rayo que sigue con sus buenas sensaciones, que confirma sus opciones y que, pese a dejar escapar dos puntos de Vallecas, sale fortalecido del choque que le midió a un claro aspirante al ascenso a Primera.