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RAYO VALLECANO. Libro sobre la historia del club

Presentada la segunda edición de "Los orígenes del Rayo Vallecano"

El escritor Juan Jiménez Mancha presentó la nueva versión de su obra en el CSE de Entrevías

Escrito por Viernes, 21 Abril 2017

    Juan Jiménez Mancha presentó hoy, rodeado de amigos y representantes especiales del Rayo, la segunda edición de su libro "Los orígenes del Rayo Vallecano", un repaso a la historia del club de Vallecas desde su nacimiento hasta el ascenso a Segunda División en 1956.

     

    Hablar del Rayo Vallecano es hablar de Vallecas. Hablar de Vallecas es hacerlo de sus gentes. Unir Vallecas, el fútbol y la historia de este barrio en un libro que repase los inicios del club franjirrojo en 1924, hasta que logró el ascenso a Segunda División en 1956, es mérito de Juan Jiménez Mancha, un escritor que a finales del año 2013 se aventuró a adentrarse en los inicios de la entidad vallecana y que hoy, apenas tres años más tarde, presentaba con orgullo y con mucha ilusión la segunda edición de su libro "Los orígenes del Rayo Vallecano", una obra corregida y ampliada que espera ser del agrado de los seguidores del Rayo Vallecano.

    Jiménez Mancha se rodeó de los periodistas Antonio Luquero, Fernando Sebastián y Carlos S. Blas para lanzar la nueva versión de un libro que "llevaba un año más o menos pensando en hacerlo y el día de los "diecisiete" encontré la motivación que necesitaba. Yo estoy en el fondo, soy abonado del fondo, y ese día me indigné muchísimo. De los ejemplares de venta directa, gracias a que Vallecas todo cultura, que lo edita, ha hecho un gran esfuerzo, de cada libro que cuesta doce euros, seis irán para los diecisiete. En las librerías también han hecho un esfuerzo y quedan tres euros por cada ejemplar para la misma causa".

    El acto, que contó con una gran afluencia de público, arrancó con varias pinceladas de rayismo y de historia del barrio. "En el libro podréis ver", decía su autor, "cómo evoluciona el fútbol. Al principio no existían cambios y si se lesionaba el portero, un jugador tenía que ponerse. Sito se puso varias veces. Vallecas estaba inundado de equipos de fútbol: Entrevías, las Californias, Doña Carlota... Vallecas era uno de los barrios que tenía más equipos de fútbol, porque era un deporte muy barato. Para jugar al fútbol se necesitaban descampados y ¿cuántos teníamos en Vallecas? Infinidad. Eso sí, con mucho barro, pero la gente de Vallecas nacía en el barro, por lo que enseguida se acostumbraban. Vallecas fue un vivero de grandes futbolistas y eso se va contando también en el libro. Es historia del Rayo, pero también historia del pequeño fútbol como se le conocía y es historia de Vallecas, porque si el Rayo y Vallecas siempre han ido unidos, lo bonito es contarlo unidos".

    Tras repasar varios capítulos del libro y avanzar algunas de las anécdotas o situaciones que ocurrieron en los primeros pasos del Rayo Vallecano, Antonio Luquero presentó a uno de los hijos de un portero que militó en el club de Vallecas y que se llamaba José Sánchez 'El suicida'. Carlos Sánchez repasó emocionado varios de los momentos que vivió su padre en el Rayo. "Era una persona del barrio, que vivió toda la vida en Vallecas salvo unos años después de la guerra. Como podréis deducir por el apodo, era un tío valiente en todos los aspectos de la vida, en el trabajo, en la familia y jugando al fútbol". El hijo de 'El suicida' contó el momento vivido por su padre con Ricardo Zamora: "al final de su carrera estuvo en el Atlético Aviación y en aquella época Ricardo Zamora era el entrenador y parece ser que era un poco "estrellita" y después de tantos años le quería explicar a mi padre cómo tenía que parar y un día llegaron a algo más que palabras y fue cuando suspendieron a mi padre por varios años y entonces dejó el fútbol. Zamora quería que despejara el balón con la famosa 'zamorana' y mi padre cogía el balón y lo reventaba. Siempre recuerdo cómo criticaba la costumbre de los porteros de parar el balón y dejarlo caer al suelo. El decía que hay que cogerlo muy fuerte y no soltarlo".

    A continuación, tomó la palabra D. Antonio Sánchez Berenguer, abonado número 2 del Rayo Vallecano (con carnet de socio desde el año 1948), que afirmó que "tuve la suerte de ver al padre de estos señores cuando yo era un crío y mi padre me puso detrás de la portería del Estadio de la Ferroviaria. En ese campo el Rayo tuvo la oportunidad de subir de Segunda a Primera Regional y mi padre me dijo que 'el suicida' era el entrenador, pero no confiaba en el portero y se puso él. Recuerdo que mi padre me decía que era un partido importantísimo y este hombre me decía: "chaval, si marcamos, no perdemos", y lo cumplió". El aficionado del conjunto vallecano contaba cómo se vivía el fútbol en el Rodival. "En verano se hacían cardos y en invierno los quemábamos y quemábamos papeles de periódicos. Era muy diferente. Luego en el Estadio de Vallecas se llevaban bocadillos, tortillitas y había hasta quien asaba choricitos en el descanso".

    También participó del acto uno de los jugadores míticos de los años 50, Miguel Ríos "Miguelín", que fue de los primeros que vistió la franja roja del club vallecano. "El primer año solo la llevábamos por delante, el segundo ya la pusieron por detrás también. Éramos filial del Atlético de Madrid que nos dijo que teníamos que llevar algo rojo. Vino el River Plate, que era el único equipo en el mundo que vestía así y nos regaló unas camisetas, que no nos las podíamos poner, porque eran muy estrechas. Nos las pusimos solo una vez". En un tono muy distendido y agradable, Miguelín se definía como un "jugador leñero. Los jugadores de ahora nada más soplarlos se caen y hay que ir a levantarlos. Antes te pegaban dos patadas y te tenías que levantar tú o si no, no jugabas". En un momento en el que el fútbol tenía dibujos tácticos de dos defensas, tres medios y cinco delanteros, jugar como defensor no era sencillo, aunque Miguelín comentaba que "había tres medios y paraban a los de arriba y el que pasaba era cosa tuya", añadiendo que en aquella época no se trabajaban jugadas en los entrenamientos. "Ni una. De un lado a otro corriendo hasta que nos cansábamos, ese era el entrenamiento. El entrenador decía que había que correr, porque se suponía que jugar al fútbol ya sabíamos jugar. Llegaba un momento que te mareabas de tanto correr, que ya no corrías más".

    Miguelín contó cómo se produjo su fichaje por el Getafe. "Estando en el Rayo llegó el Getafe y me dijo que si fichaba con ellos me arreglaban la mili. Pero me tocó Melilla y me dijeron: "Ya no se puede arreglar", así que nada" y no pudo participar del equipo del Rayo que logró el ascenso a Segunda División.

    El libro finaliza con el ascenso a Segunda División en 1956. Juan Jiménez Mancha tocó este punto para comentar que "el campo del Metropolitano se llenó hasta la bandera con media Vallecas que se fue para allá. Peñalva lo contaba muy bien. Al acabar el partido fue una fiesta increíble, con todos los coches haciendo sonar el claxon por la Castellana camino a Vallecas. Fue una fiesta por todo lo alto y ahí es donde acaba el libro". 

     

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