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ARTÍCULO DE OPINIÓN. Afición

Los héroes de Vallecas

La afición del Rayo volvió a ser protagonista en un nuevo desplazamiento del conjunto vallecano

Escrito por Lunes, 17 Abril 2017

    Opinión. "La vida pirata volvió a sonar en un estadio mudo, en un estadio que pareció abrir sus ojos de par en par para no perder detalle".

     

    Opinión. Hoy, veinticuatro horas después de la victoria del Rayo en Murcia, una ciudad en la que ya no reina el Real Murcia, una ciudad donde ahora el foco está en el UCAM, la misma ciudad donde muchos sueñan con que el "equipo de los aficionados", el Ciudad de Murcia, sea el representante de todos los murcianos, una ciudad a la que llegaron muchos vallecanos repletos de ilusión, hoy, veinticuatro horas después de ver "despegar" a Gazzaniga de nuevo para regalarnos tres puntos, hoy me apetece hablar de los de siempre. El mensaje podría ser un calco del buen puñado de artículos de opinión que año tras año hemos escrito sobre ellos (y esta es nuestra novena temporada, que se dice pronto). Podría ser y pedimos perdón de antemano si nos repetimos. La culpa es de ellos, los auténticos héroes del Rayo. Ni Gazzaniga, ni Trashorras, ni Planes (por supuesto), ni Presa (faltaría más), ni yo, aquí solo hay un Rayo y es el suyo, el de los rayistas. El espectáculo de ayer en las gradas del vetusto estadio La Condomina, donde se respira fútbol e historia por los cuatro costados, volvió a ser para quitarse el sombrero. Y no lo digo por haber participado como uno más, no lo digo por haber disfrutado, vibrado y sufrido como uno más, lo digo, porque es la auténtica realidad. Sublime.

    Antes del partido fueron protagonistas en un acto organizado por el Ciudad de Murcia en el que se recogió dinero para ayudar a los 17 abonados del Rayo sancionados, además fueron solidarios con Rubén, un niño con parálisis cereblar infantil, y horas antes del partido poniendo color y sonido a la tarde de Murcia en los alrededores de la Condomina. Lo que pasó dentro, por conocido, no deja de sorprendernos. Apoyo incondicional y constante. Da igual si Comesaña ya no llega a un balón ("¡pide el cambio si no puedes más Santi!", le gritaban) o si Manucho se quedaba mirando esperando a ver qué pasaba ("Manucho, que acabas de salir, corre un poco!") o si Fran Beltrán se atasca con el balón dentro del área ("¡a Ebert, a Ebert, dásela a Ebert!", se escuchaba). El resto, cánticos y más cánticos. Con el 0-0, espectacular; con el 0-1, espectacular al cuadrado. Al final del partido, la vida pirata volvió a sonar en un estadio mudo, en un estadio que pareció abrir sus ojos de par en par para no perder detalle, porque "la rubia es fenomenal y la morena tampoco está mal... pero con la del Rayo, una, una y nada más". Sois lo mejor de este club, si no existierais... habría que inventaros.

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