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RAYO VALLECANO. Conoce más en profundidad a Míchel

'Nuestra imagen de cara al exterior tiene que cambiar'

El nuevo míster del Rayo nos decía en 2012 sobre su posibilidad de llegar al banquillo del primer equipo que "vamos a ponernos manos a la obra". Todo llega.

Escrito por Martes, 21 Febrero 2017

    En la segunda parte de nuestra entrevista a Míchel en 2012, el ex-capitán del Rayo Vallecano y nuevo primer entrenador recuerda su periplo europeo con el conjunto franjirrojo, su salida de Vallecas, su vuelta y todo lo sucedido en los últimos años.

    ¿Te parece que revivamos por un momento aquel "paseo" que os disteis por Europa hace unos cuantos años?

    La afición..., empezó a escucharse aquello de "Rayo-Liverpool" en cada partido, el primer viaje a Andorra con todo lo que significaba, debutar en la UEFA, mi primer gol, que fue el primero del Rayo en Europa... Se lo dediqué a Cota, porque para él ese era el sueño de su vida, lo había dicho durante los últimos años y ese día no jugó de titular y lo celebré con él. Después llegó la maldita lesión de Cota jugando la vuelta. Ahora me acuerdo de la odisea del viaje a Viborg, que fue eterno, no sé si fue por el autobús, el caso es que salimos por la mañana y llegamos por la noche al hotel. Fue caótico. El de Molde en Noruega fue espectacular, me encantó el campo. El de Rusia fue un viaje increíble, todo el equipo viendo la plaza Roja y con el resultado 0-0, que conseguimos ganar aquí en la vuelta. Y Burdeos, que el Girondins era el líder de la liga francesa en aquel momento... Todos los viajes los disfrutamos mucho, sin ningún tipo de presión. La afición estaba encantada, viajó bastante gente a cada uno de los desplazamientos y fueron días muy bonitos para la historia del Rayo. Luego llegó el Alavés, que en ese momento era nuestra 'bestia negra', que era muy parejo a nosotros en todos los sentidos pero con esa pizca más de suerte que tuvo en un partido en el que recuerdo que Helder y Mingo se abrieron la cabeza. Llovía un montón, y fueron dos goles y nos quedamos con nueve jugadores, porque en un balón dividido se hicieron una brecha los dos y en los últimos minutos nos metieron dos goles y prácticamente sentenciaron la eliminatoria.

    Eres un emblema del Rayo Vallecano, pero no estuviste toda tu carrera en este club. ¿Qué recuerdos guardas de tu paso por Murcia y Málaga?

    Experiencias. En Murcia fui como fichaje estrella y con una responsabilidad y una presión añadida a mí, porque era el jugador icono que había ido allí para dar el salto de calidad. Hubo mucha presión de los medios de comunicación, de la afición y, aunque la temporada empezó bien, la dinámica del equipo provocó que descendiéramos y fueron años difíciles para mí. En Málaga volví a retomar las sensaciones positivas, porque fui muy bien recibido allí, disfruté muchísimo y el equipo hizo una buena clasificación. Luego llegó la vuelta al Rayo Vallecano.

    La vuelta a casa, con el equipo en Segunda B y con el sufrimiento de unos cuantos años para retornar donde se encuentra ahora.

    Cuando llegué dije que mi sueño era subir con el Rayo a Primera División y se consiguió. El camino fue duro, hubo momentos difíciles como en Eibar, pero también lo recuerdo como una experiencia que hizo que el año siguiente fuésemos más fuertes y pudiéramos conseguirlo. Tampoco es que Eibar sea para mí uno de los momentos negativos del club, sino que sirvió para estar más unidos y a partir de ahí se produjo un punto de inflexión y el Rayo no ha parado de crecer. El último ascenso, con todos los problemas económicos que había, y el año pasado con un concurso de acreedores y las situaciones que ello conlleva, pero rebobinando me digo "Volví en Segunda B, me voy en Primera División y aunque el camino no ha sido siempre como uno quiere, está lleno de cosas positivas". Cuando uno echa la vista atrás piensa en borrar lo que no nos gusta y se queda con lo bueno, que ha sido maravilloso.

    MichelNo está en mi ánimo fastidiarte, pero me gustaría que por un momento recordaras conmigo y con la afición del Rayo Vallecano, aquellas visitas a Somosaguas con la familia Ruiz-Mateos, los encierros en los vestuarios con reuniones y más reuniones, el amenazar con no jugar en Valladolid, todos aquellos problemas que hubo.

    Era una situación bastante problemática y a mí, como capitán, me tocó ir muchas veces a Somosaguas, con Coke y Cobeño, que éramos los capitanes. La situación era que nos decían que no había dinero, que la crisis social era muy grande y que a ellos también les había tocado. Fueron momentos muy difíciles. Lo de no jugar fue un toque de atención, también lo dijimos aquí, pero en ningún momento íbamos a permitirlo, en el vestuario lo teníamos muy claro. Son etapas que uno pasa y que ahora las recuerdas con cierta lejanía, pero fueron momentos bastante duros. Hubo un apoyo incondicional de la afición, que estuvo a muerte con nosotros. Prefiero quedarme con las cosas positivas que hemos vivido, porque también con la familia Ruiz-Mateos hemos vivido momentos muy buenos, como el de la UEFA que decíamos. Lo negativo al final se solucionó, se vendió el club, hay un concurso de acreedores que esperemos que se solucione lo mejor posible...

    ...y una denuncia por medio, acuérdate.

    Las primas, que todavía no se ha solucionado. Son cosas que al final tendrán su cordura. Fue una prima merecida, porque la plantilla subió a Primera División en una situación muy difícil y donde el club, si no hubiera subido a Primera, podía correr el riesgo incluso de desaparecer, y son aspectos que han intervenido en estos años, que han sido bastante duros, y que poco a poco tendrán que solucionarse. Espero que el Rayo siga la evolución que estamos diciendo, lo vimos en Segunda B, ha ido creciendo, tenemos una Ciudad deportiva preciosa y hay que quedarse con lo bueno. La gente que trabaja en el club, por ejemplo, que lleva muchos años trabajando y a la que muchas veces no se le valora lo que hace y yo desde aquí lo quiero reconocer. Me siento muy querido por la afición, pero por la gente que lleva muchos años en el club también. Me acuerdo de todos y la gente de la cantera, porque la formación de jugadores, ahora que estoy trabajando en ello también, veo que necesita mucho tiempo de dedicación, en ocasiones con muy pocos medios, y se siguen sacando jugadores y se siguen haciendo las cosas muy bien. Tenemos muchas cosas positivas en el Rayo Vallecano y es hora de que empecemos a sacarlas, porque nuestra imagen de cara al exterior tiene que cambiar. Esa es una de las cosas que yo, ahora que lo he dejado, tengo la intención de poder hacer, que la gente vea que detrás del nombre Rayo Vallecano hay gente que trabaja muchísimo por el club, y que somos un club bastante serio en muchos aspectos.

    Te has quedado en el Rayo trabajando con la cantera y con el primer equipo. Recuerdo el final de temporada del año pasado en el que me decías que te gustaría haber seguido un año más. ¿Tienes la sensación de haber terminado prematuramente?

    Pues no sé. Me veo entrenando y pienso que podía haber seguido jugando, pero son decisiones que tomas, las valoras, decides y lo mejor es tirar para adelante. Lo que estoy haciendo ahora también me ilusiona y me gusta mucho. Irme de aquí ¿qué hubiera supuesto?, tener un año más de fútbol porque sí, por 'matar el gusanillo', ¿cuál es la ilusión que me hubiera hecho a mí ir a un equipo cualquiera? No sé. Lo que no quería, y se lo dije a mi familia, era ir a un sitio por el simple hecho de querer seguir siendo profesional. Me encanta jugar, es lo que he hecho en los últimos dieciocho años, pero hay otros condicionantes y mi sueño era retirarme aquí y no iba a jugar por jugar. Tampoco quería engañar a nadie e irme a un sitio donde al final mi cabeza no hubiera estado en lo deportivo. Tampoco quería ser una persona que diera vueltas por ahí, para terminar haciendo lo que uno quiere, que es estar ilusionado en un proyecto, hacer las cosas bien... Como no había nada de eso que me diera pie a tomar la decisión de seguir, decidí retirarme y acceder a este puesto de trabajo en el Rayo. Ahora mismo estoy muy ilusionado.

    Ilusionado con tu nueva etapa pero supongo que también pensando en el futuro. Alguien me decía hace poco que le encantaría ver a Míchel en el banquillo del Rayo como primer entrenador y paseando el escudo del Rayo, de otra manera, por toda España, y ¿quién sabe?, quizá una vez más por Europa.

    Vamos a ponernos manos a la obra, a intentar poco a poco ir quemando etapas, pero queda mucho. Me he puesto ahora mismo a trabajar en el tema de la metodología, estoy ayudando a Paco y me pica el gusanillo, creo que puedo ayudar y poco a poco voy a ir mejorando. Tengo muchísimo que aprender, mucha experiencia que coger en este nuevo aspecto, porque aunque un futbolista se cree que conoce mucho de fútbol, una vez que te metes en el vestuario de enfrente ves lo que lleva trabajar solamente una sesión de entrenamiento. Me gusta y poco a poco me sacaré el segundo y tercer nivel, lo voy a hacer, y luego Dios dirá, pero en un futuro me gustaría entrenar en el club.

    A mí me gustaría terminar esta conversación que hemos mantenido hablando de esas catorce mil personas, que nos gustaría que volviesen dentro de poco porque últimamente nos hemos quedado estancados en nueve o diez mil, pero que cuando Vallecas se llena es algo incomparable. Muchas veces se habla de lo inmenso que es el Bernabéu o el Camp Nou, pero la afición de Vallecas es increíble.

    El ambiente de Vallecas es único, es especial. Una de las cosas que diferencia a nuestro club de otros es que somos un equipo de barrio en el que hay una unión muy especial entre la afición y el equipo, y eso espero que no se pierda nunca. Eso es algo que se ha mejorado en los últimos años, desde que estábamos en Segunda B, esa comunión es mucho más fuerte. ¿Qué voy a decir yo de la afición después de lo que me hicieron el lunes? Para mí son imprescindibles. El último gol, el que mete Tamudo y sirve para la salvación, si las catorce mil quinientas personas no hubieran empujado yo te digo que ese balón no entra, porque la situación era muy difícil y no veíamos la posibilidad de hacer gol, no estaba el partido para ganarlo y creo que ese empuje fue de Vallecas. La afición nunca nos ha dejado, al revés, en los malos momentos se ha puesto al frente y eso es digno de elogio, porque la afición nunca te pide nada, te da muchísimo, y eso para mí es lo más importante.

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