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RAYO VALLECANO. Conoce mejor al nuevo técnico del Rayo

'El día de mi debut contra el Barcelona no disfruté nada'

En 2012 mantuvimos una larga conversación con el que hoy se ha convertido en el primer entrenador del equipo

Escrito por Martes, 21 Febrero 2017

    Tras anunciarse el nombramiento de Míchel como nuevo entrenador del Rayo en PxR nos permitimos la "licencia" de recuperar la entrevista realizada en 2012, cuando el rayismo le acababa de realizar un merecido homenaje. En la primera parte nos acercamos al Míchel jugador y al Míchel persona, sus emociones, sus nervios en el debut, sus sueños... su vida.

     

    Hablar con Miguel Angel Sánchez 'Míchel' durante cinco minutos equivale a dos horas de un máster avanzado en fútbol, hacerlo durante dos horas te deja la sensación de haber estado tan solo cinco minutos conversando con él. Míchel es uno de esos futbolistas con solera, que ha vivido experiencias únicas y, seguramente, irrepetibles con el equipo de su barrio, con el equipo de su vida, con su Rayo Vallecano. Habla con cariño de sus inicios, cuando no quería abandonar el fútbol-sala para emprender una aventura que finalmente ha sido la que ha marcado su trayectoria. Aquel chaval, siempre con un balón pegado a los pies, apenas fue consciente de la velocidad a la que sucedían las cosas y, de la noche a la mañana, se vio entrenando con el primer equipo, jugando su primer partido, instalado en el vestuario... jugó en Europa, tuvo que salir del Rayo, pese a su voluntad -porque él no quería hacerlo- y vivió experiencias nuevas en Murcia y Málaga, y regresó para devolver a su Rayo al fútbol profesional, a la Primera División.

    El lunes, Míchel vivió uno de sus mejores momentos como futbolista y no lo hizo vestido de corto, ni con ese balón eterno pegado a los pies, lo hizo rodeado de "su gente". Su familia, sus amigos y cientos de aficionados del Rayo rindieron un merecido homenaje a un futbolista de élite, a una persona que en su cercanía y su modestia ha sabido apoyar las bases de su éxito. Míchel dijo que su familia se sintió orgullosa del homenaje, con el paso del tiempo será consciente de lo orgullosos que todos los vallecanos están de haber tenido a un jugador como él de estandarte en Vallecas.

    Hemos compartido con Míchel todos los momentos que han marcado su carrera deportiva, sus experiencias, sus recuerdos, su rayismo...

    El lunes, la afición de Vallecas te rindió un homenaje inolvidable para todos.

    Fue un día espectacular. En el plano personal, la afición siempre me ha tratado de maravilla, me he sentido muy querido, respetado y muy valorado. Lo del lunes fue el "no va más". Estaba mi familia ahí y se sentirían muy orgullosos de lo que vivieron y eso para mí es de agradecer toda la vida, porque sé que lo que hicieron lleva un trabajo detrás y uno muchas veces no se para a pensar lo que ha podido hacer para que toda la gente muestre tanto cariño. En estos momentos solo les puedo dar las gracias, porque todo lo que se hizo fue perfecto, participó la gente que me quiere y sé que está conmigo en todo momento, ex-compañeros, compañeros y gente que ha significado mucho en mi vida, tanto personal como deportiva, y les doy las gracias y nunca me cansaré de hacerlo.

    Todo fue tremendamente emotivo, te emocionaste...

    Mucho, me emocioné mucho, porque me siento orgulloso de que la gente me quiera tanto y por lo que te decía, que a mi familia la hicieron muy feliz y eso para mí es lo más importante en la vida y sé que ese fue un día muy importante para todos nosotros.

    En momentos como este siempre se echa la vista atrás y se recuerda toda una trayectoria, toda una vida. ¿Qué recuerdos te quedan de tu infancia futbolística?

    Ir a ver al Rayo desde pequeño y cuando no tenía para la entrada, hacer como muchos hacen, ponerme en las ventanas de los edificios de atrás, hasta que jugando en un equipo del barrio, Mariano Madrid, que es entrenador de la cantera, me vio jugar y dijo que fuese a probar. Yo jugaba al fútbol-sala y preferí seguir jugando a ese deporte, hasta que al año siguiente Fanti Callejo, que fue jugador del Rayo Vallecano,  y que también es del barrio, me dijo: "Vente, que quiero que entrenes allí" y probé con Jose Luis Martín y Juan Pedro Navarro, que estaban allí entonces, y en seguida me dijeron que me querían fichar. Ese primer año ya empecé con Carlos "El Chirla", que fue mi primer entrenador. Fue todo espectacular. Fueron años preciosos. La infancia fue la normal de un chaval de barrio, ir a estudiar, volver a casa... aunque con un balón siempre en los pies. En Vallecas hay mucho espacio, muchos parques y tengo hermanos mayores con los que siempre estaba jugando al fútbol.

    ¿En quién te fijabas en aquella época en la que ibas a todas partes con ese balón pegado a los pies?

    Del Rayo me acuerdo que veía jugar a Soto, a Botella, a jugadores de arriba, luego incluso coincidí con Pedro Riesco, que tuvo un momento espectacular, y pude coincidir con él en el vestuario. Como ídolo deportivo, Diego Armando Maradona. Cumplo los años el mismo día que él y para mí era y es uno de los mejores jugadores de la historia.

    Michel¿En algún momento, en aquellos inicios o más adelante, te has visto cerca de dejar el fútbol o te veías tan metido que nunca te has llegado a plantear a lo largo de todos estos años una posibilidad como esa?

    Fue todo tan rápido que no la veía, siempre he estado muy metido. Nunca he dejado de pensar que quiero ser futbolista. Entré con trece años, dos años de cadete, al tercero juvenil y al cuarto ya, Camacho, con diecisiete años me dijo: "Vente a entrenar", empecé a entrenar,  con dieciséis o diecisiete años que tenía, fue todo muy rápido. Fui quemando etapas a una velocidad de vértigo y de pronto me encontré debutando en Primera contra el Barcelona.

    El 'momento Camacho', inolvidable.

    Lo recuerdo porque vino Jose Luis Martín a casa una tarde-noche y les dijo a mis padres: "Miguel Angel no puede ir al colegio mañana". Mis padres se extrañaron mucho y entonces les dijo que tenía "que ir a entrenar con el primer equipo. Camacho ha dicho que le gustaría verle entrenar". Imagínate los nervios.

    ¿Hubo fiesta en casa ese día?

    No, ya te digo, estaba muy nervioso porque fue todo tan rápido que no lo podía asimilar. Ese año fue un poco complicado con los estudios, porque fue decirme que subiera a entrenar un día y prácticamente empecé a ir todos los días. Tenía que estudiar solo por la tarde, porque el colegio era por la mañana. Fue complicado, pero fue un día muy especial y en el que me puse muy nervioso, porque iba a empezar a entrenar con la primera plantilla del Rayo.

    Hablando de momentos especiales, llegó el debut en Primera con el Rayo. Enfrente el Barcelona, nada menos, ¿recuerdas algo de todo aquello?, porque siempre has dicho que hubo tantos nervios...

    Yo había hecho toda la pretemporada con el primer equipo con Felines. Fue cesado y yo jugaba en el filial con Zambrano. Le subieron a entrenar y entramos en esa dinámica. Esa semana no sé por qué, la prensa empezó a decir que yo tenía opciones de jugar, Zambrano dijo que sí, que cabía la posibilidad, y fue una semana de locura. Medios de comunicación... estaba en una nube. Estando en el banquillo no sabía nada, estaba muy nervioso, no sabía si podría llegar a debutar, hasta que mandó calentar y, quedando veinte minutos para el final, me llamó y me dijo que hiciera lo que me gustaba y lo que sabía hacer y que no me preocupara por nada, que saliera a disfrutar.

    ¿Disfrutaste?

    No disfruté nada. Me dio la mano Calderón, salté... el campo lleno, era contra el Barcelona... ¡y no me acuerdo de nada! Me acuerdo únicamente de Zubizarreta al final, que se recorrió todo el campo porque ellos en la segunda parte defendían la portería de la pared y vino y me dijo: "Enhorabuena por el debut y espero que sea el primero de muchos partidos". Le tuve que hacer caso, era el capitán de la Selección española.

    Has visto resúmenes del partido.

    Sí, imágenes sí, tengo fotos dando la mano a Hugo Sánchez que marcó de penalti cuando yo salí y hay fotos con jugadores del Barcelona jugando. Las tengo en casa, son muy bonitas.

    ¿En todos estos años en la élite has notado la evolución del fútbol, hay muchas diferencias con aquellos partidos del principio?

    Antes el juego era más individualizado, el jugador tenía más el balón. No es que fueran mejores técnicamente, pero sí eran jugadores más atrevidos, más de uno contra uno, y ahora es un juego mucho más rápido en equipo. Creo que se presiona mejor, antes se presionaba más al hombre, ahora el bloque presiona más. La gente de arriba está mucho más implicada en el sistema defensivo, porque antes el delantero tenía su labor solamente de hacer algo de sombra, y ahora el fútbol ha evolucionado más hacia un juego de conjunto, aunque, por suerte, siguen destacando las individualidades, porque es lo mejor del fútbol.

    En la segunda parte de nuestra charla con Míchel abordaremos sus recuerdos de la aventura europea del Rayito, su salida del club a Murcia y Málaga, su retorno, los ascensos, los problemas con la familia Ruiz-Mateos y su adiós definitivo al mundo del fútbol.

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