El Rayo estaba sufriendo, no era capaz de reponerse al tempranero tanto anotado por el Sevilla Atlético. La grada de Vallecas había mostrado su descontento en general (seguramente con menos claridad que en partidos anteriores), pero también en particular con algunos jugadores. Todo parecía perdido hasta que Adri Embarba, aprovechando un balón suelto en el área tras disparo que no logra despejar la defensa sevillista, marcó el empate beneficiado por un rebote. Hasta ahí, todo normal. La afición celebró el gol, empujó en busca del segundo, pero también se indignó con un gesto que fue interpretado como una falta de respeto hacia la grada. El jugador franjirrojo, en su celebración, se llevó la mano derecha a la oreja, lo que fue entendido por muchos como una desconsideración y una provocación hacia sus propios aficionados. Fuentes cercanas al jugador comentaron a PxR que dicho gesto iba dirigido a una persona en particular y que en ningún momento tuvo la intención de molestar a la afición del conjunto vallecano, indicando que el propio jugador aclarará el mismo para evitar que un gesto sin mayor intención se convierta en un nuevo 'incendio' en el club de Vallecas.

(captura de tv)