La afición del Rayo desplazada a Burgos para animar al Rayo Vallecano mostró su opinión sobre dos personajes muy distintos, pero totalmente identificables. El primero sería el delantero venezolano Miku. El jugador franjirrojo escuchó los gritos procedentes de la grada ocupada por un nutrido grupo de seguidores vallecanos que le pidieron que se marchara del club. Al escuchar "Miku, vete ya, Miku, vete ya", el jugador mostró su sorpresa al ocupar un lugar en el banquillo de suplentes, acabando el partido visiblemente enfadado cuando volvió a ser increpado desde la grada a la conclusión del choque ante Osasuna.

El segundo objetivo de la grada hoy sería el presidente Martín Presa. Una pancarta aludiendo al 'negocio' de Oklahoma y los cánticos de "Presa vete ya" y "Nosotros somos el Rayo" acompañaron la llegada del máximo dirigente franjirrojo al palco del estadio burgalés.