Piti volvió a Vallecas con la intención de ayudar al Rayo a mantenerse en Primera. Su aportación, debido a una inoportuna lesión, fue prácticamente nula. Pese al descenso, el delantero catalán confiaba en recuperar protagonismo en el equipo con el que consiguió sus mejores logros, pero lo que no esperaba Piti es que el futuro le trajese como "regalo" un entrenador que, por circunstancias del pasado, no parece ser el más indicado para que eso suceda. El técnico afirmó en su presentación que "no tengo relaciones deterioradas con nadie y si hay alguien que la tiene conmigo es su problema. Soy un profesional que debe tomar decisiones y por tomarlas no se puede juzgar a un profesional". En este caso, su primera decisión ha sido no contar con Piti y muchos ya empiezan a ver al catalán más fuera que dentro del equipo. Situación complicada por resolver.