El doblete es finalmente para el Barcelona. El conjunto de Luis Enrique, que afrontaba la final copera ante el Sevilla con la intención de mejorar su temporada tras lograr el título de liga, se alzó con la Copa del Rey tras derrotar en la prórroga a los de Emery, que el pasado miércoles sumaron su tercera Europa League consecutiva. El partido fue intenso y poco atractivo futbolísticamente en una primera mitad que quedó marcada por la expulsión de Mascherano antes del descanso. Con un jugador más, el Sevilla se adueñó del balón, mientras el Barcelona replegaba líneas, retrasaba a Neymar al medio del campo y confiaba en la magia de Iniesta para obrar el milagro.
El segundo tiempo tuvo claro dominio hispalense, que apretó y provocó claras ocasiones de gol (incluido un remate de Banega al poste), convirtiendo a Stegen y Piqué en héroes de los peores momentos del equipo catalán. Los sevillistas no aprovecharían su superioridad numérica y, además, verían cómo la final se complicaba cuando Banega, antes del final, era expulsado por roja directa, dejando el choque igualado numéricamente.
En la prórroga el Barcelona fue superior a un Sevilla que lo seguiría intentando pero que vería cómo Jordi Alba y Neymar finiquitaban un título sufrido por los culés, que redondean de esta manera una gran temporada.