No hubo milagro. El Rayo debía ganar su partido y esperar que tanto Getafe como Sporting no sacasen adelante sus duelos con Betis y Villarreal. Los vallecanos cumplieron su parte, pero de los otros dos tan solo el Betis les ayudó a ver como posible la salvación. Conforme pasaban los minutos, y con la victoria parcial de los asturianos, las opciones se reducían hasta que finalmente se consumaba lo que muchos ya presagiaban antes de iniciada la jornada. El Rayo es nuevo equipo de Segunda División. A la conclusión del partido, los jugadores y el cuerpo técnico rayista se mantuvieron durante varios minutos en el centro del campo, cabizbajos, abatidos e intentado contener las lágrimas (sobre todo los más jóvenes, como Alex Campos, Montiel o Clavería). Ese duro momento se vería intensificado emocionalmente por la respuesta de una afición que siguió apoyando al equipo y que demostró ser diferente a cualquier otra.

Tras abandonar el terreno de juego, la plantilla al completo volvió a salir al césped para compartir con su gente los duros momentos que estaban viviendo. Vallecas es diferente.