Ficha técnica:
Rayo Vallecano (3): Yoel, Nacho (Rat, minuto 87), Tito, Amaya, Quini, Llorente (Miku, minuto 45), Trashorras, Jozabed, Embarba (Bebé, minuto 58), Pablo Hernández y Javi Guerra.
Levante U.D. (1): Mariño, Iván López, Navarro (A), Simao, Verza, Lerma, Rubén (Morales, minuto 74), Juanfran (Toño García, minuto 34), Medjani, Xumetra y Casadesús (Deyverson, minuto 57).
Arbitro: Clos Gómez.
Goles: 1-0. Minuto 10. Pablo Hernández; 2-0. Minuto 22. Trashorras; 2-1. Minuto 59. Verza, de penalti; 3-1. Minuto 72. Miku.
El Rayo vivió esta tarde la más amarga de sus faenas esta temporada y lo hizo tras ganar con claridad al Levante (3-1) para terminar yéndose a Segunda División con la cabeza alta, pero con el corazón roto. Los de Jémez hicieron su trabajo, ganaron su partido y esperaron lo que sucedía lejos de Vallecas que, como era de esperar, no sonrió a sus intereses. El Betis participó activamente en el drama del descenso derrotando al Getafe, algo que no sucedió con el Villarreal en el Molinón, lo que condenó a un Rayo que futbolísticamente, por intensidad, por necesidad y por orgullo, borró del terreno de juego a un Levante que ya tenía todo hecho y que apenas inquietó a los franjirrojos en diez minutos de desconcierto local.
Como resumen del partido las notas más importantes se produjeron en el inicio, en el que el técnico vallecano hizo cambios tan significativos que merecen ser destacados; durante el encuentro, en el que pese a las noticias que llegaban de otros lugares, Vallecas fue una fiesta, y a la conclusión, donde los emotivos momentos vividos en el templo de la Albufera quedarán para siempre en la historia de este club tan peculiar y particular.
Por partes. Jémez movió el equipo dejando fuera a Juan Carlos, Crespo, Bebé y Miku. El técnico avisó en la previa que haría cambios, pero que en ningún caso eran motivados por razón extradeportiva alguna. El choque se movió rápido, cuando Pablo Hernández adelantaba a los vallecanos a los diez minutos. Con el partido controlado, Trashorras lograría el 2-0 a los veintidós minutos, rubricando una superioridad que no tenía discusión alguna y que dejaba casi todo pendiente de lo que sucedía en el norte y sur de la España futbolística. De Sevilla llegaban buenas noticias, pero no así de Gijón, donde el Sporting superaba a un Villarreal que no hizo alarde de su excepcional clasificación liguera y de su presencia en la penúltima ronda de la Europa League. Los de Marcelino perdían ante el Sporting, ahogando de manera definitiva cualquier opción del Rayo de salvarse.
Tras el descanso, Llorente, que no había estado a buen nivel, dejó su sitio para que apareciese el venezolano Miku que, tras ver cómo Verza acortaba distancias merced a un penalti cometido por Amaya, lograría el 3-1 definitivo para alegría y desesperación de la grada de Vallecas que, para terminar la crónica más amarga de la temporada, fue el mejor exponente de lo que supone el Rayo para este barrio. La grada siguió apoyando, animando, aplaudiendo y vitoreando a un equipo que hizo todo por tener su última oportunidad, pero que se quedó a un gol (el de San Sebastián que hubiera supuesto el empate) de lograr la permanencia en Primera.
Con los jugadores llorando en el centro del campo y con todo el estadio en pie gritando que "Vallecas es de Primera" y "Nosotros somos el Rayo", se cerró una tarde tan emotiva como dolorosa para una afición que ya sueña con ver a su equipo regresando a la élite del fútbol español.
