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Detalles y recursos para ganar un partido de fútbol

Escrito por Lunes, 09 Junio 2014

    Opinión. "El Linares Deportivo, su afición y todos los presentes ayer en Linarejos, hicieron todo lo posible por conseguir que su equipo pasara la eliminatoria ante el Rayo B".


    Opinión. Hacía mucho tiempo que no vivía algo parecido a lo que pude "disfrutar" ayer en Linarejos. Debo reconocer que algunos detalles me sorprendieron y, pese a los muchos años que uno ha pasado recorriendo campos de fútbol de todas las categorías posibles, siempre hay quien supere lo esperable. El Linares Deportivo, su afición y todos los presentes ayer en Linarejos hicieron todo lo posible por conseguir que su equipo pasara la eliminatoria ante el Rayo B y recurrieron a todos los factores que tienen influencia sobre el normal desarrollo de un partido de fútbol. Y cada uno cumplió su papel a la perfección. Esto es fútbol, señores, y quien no lo entienda así está totalmente equivocado. Entiendo que guste más o guste menos, pero hay que saber dónde está cada cual y lo que tiene entre manos.

    La primera y principal sorpresa que nos deparó la tarde de ayer fue ver a algunos aficionados locales encendiendo varias velas negras sobre el banquillo visitante. Ahí se daba inicio a una serie de acontecimientos que me hicieron retroceder varios años en el tiempo y que me obligaron a buscar en mi memoria episodios futbolísticos ya casi olvidados.

    De lo anecdótico y curioso de las velas se pasó a otros parámetros con mucha más influencia en el desarrollo del juego. Que el terreno de juego de Linarejos estuviera en muy malas condiciones era una circunstancia idéntica para unos y para otros, no sacar la manguera ni un segundo para intentar paliarlo, es una decisión tan lícita como entendible por la forma de jugar de locales y visitantes. Así empezó una batería de recursos que funcionó a las mil maravillas.

    Los bombos y bocinas situados justo detrás del banquillo visitante no es ninguna casualidad. Otra circunstancia con repercusión sobre el desarrollo normal de un partido, pero contra la que no hay armas que utilizar. Mariano Madrid fue incapaz de hacer llegar sus órdenes a los jugadores, que en varias ocasiones tuvieron que acercarse a la banda para poder entender lo que les estaba indicando el entrenador vallecano desde la banda.

    Durante todo el partido, pero principalmente cuando el marcador se puso a favor, comenzó el "juego" de los recogepelotas. Los jugadores desde el campo, los que calentaban en la banda, e incluso el portero suplente, leyeron la cartilla en más de una ocasión a los niños encargados de devolver los balones al terreno de juego. El propio portero suplente se acercó a uno de ellos y le indicó que se sentara en la banda junto al muro. Desde ese momento ya no hubo recogepelotas en el campo (circunstancia que el árbitro tampoco solicitó en ningún momento).

    Por último, y para completar los detalles y recursos utilizados para ganar un importante partido de fútbol, llegaría el 'recital' de calambres antes de cada sustitución. Todos los jugadores sustituidos por el técnico local tardaron más de la cuenta en abandonar el terreno de juego, algo que ya pudimos comprobar también en el partido de ida en Vallecas.

    El Linares fue mejor que el Rayo sacando partido a todas sus armas. El conjunto vallecano no encontró la manera de sobreponerse al mal resultado de la ida y a un ambiente hostil que respiraría incluso minutos después del pitido final, con la invasión de campo que pilló a algunos componentes de la plantilla vallecana saludando a los aficionados franjirrojos y familiares desplazados a Linares.

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