Opinión. Quedan pocos días para la visita del Betis. Seguramente volveremos a hablar del partido decisivo, definitivo, de la salvación (matemática, virtual, en 3D...), en fin, lo tópico y lo lógico, pero ahora me apetece asomarme a la ventana del Rayo para acordarme de un buen tipo, de un jugador al que se ha criticado, vilipendiado, zarandeado e insultado en los últimos tiempos. Sus lágrimas del otro día tienen un motivo, todo lo que ha rodeado a un rayista como Leo, sobra y da asco. Y digo rayista, sí, sin dudarlo un instante. Hoy es jugador del Atlético de Madrid (¿a quién no le gusta progresar en la vida?) y juega cedido en el Betis, por un millón... de razones, ¿y qué?. Leo ha sido, es y estoy convencido que será rayista hasta su último día. Quien lo quiera entender, bien, quien no, que me dé palos a mí también, que lo del twitter es un arma tan interesante como arrojadiza.

En fin, las tertulias post-derbi sevillano hablan de una vergonzosa y vergonzante falta de respeto de Emery hacia Leo. Para quien no lo sepa, Leo es una buena persona, un trabajador honrado y honesto, un luchador que ha sorteado un sinfín de adversidades para llegar a donde ha llegado. Desde la humildad, desde el respeto, peleando. ¿Quién es Emery para valorar si es o no jugador de Primera? De partida, Emery le quita la razón a Sandoval, a Jémez, a Miñambres, a Caminero, a Simeone, ... y a todos los que han confiado y confían en este chaval. Parecen palabras mayores, Unai. Pero por encima de todo, está el respeto hacia tu profesión, hacia el rival, hacia el deporte que amas. Nunca fiches a Leo, no hace falta, pero no le insultes. Más le valía controlar a los suyos para evitar que destrocen vestuarios cual estampida de elefantes. Ahí se demuestra la personalidad de un entrenador...

No voy a perder un segundo más en las desafortunadas palabras de Emery, si es que las hubo. Mi reflexión va al corazón de Leo, Baptistao o como quieran llamarle. Los que le hemos visto pelear en la Ciudad Deportiva, los que hemos visto su ilusión por entrenar con el primer equipo del Rayo, los que le hemos visto debutar y ganarse un puesto en las alineaciones, los que le hemos visto triunfar y fichar por un grande, sabemos que Leo es de los nuestros. No sé qué pasará el domingo, si muchos le silbarán, si otros le gritarán, si otros muchos le aplaudirán... no sé. Me gustaría que la gente del Rayo se comportara con respeto con un jugador que nunca ha tenido un gesto despectivo, un comentario hiriente, un menosprecio hacia su casa, porque el Rayo es su casa.

Leo ha dejado el twitter, cansado de los insultos de tanta gente, aburrido y asqueado por el desprecio que muchos le han mostrado. A mí no me importa, tengo que reconocer que no sigo sus andanzas por las redes sociales, pero sí me importa que el chaval sienta que los que un día le aplaudimos, le aclamamos y le queremos, seguimos estando aquí, para lo que necesite, como poco con respeto, el respeto que se merece un buen chaval, una buena personal y un buen jugador, aunque a Emery (y otros muchos) no le guste. Ley de vida.