Opinión. No hay nada como escuchar uno de los himnos de Vallecas cantado con el corazón y con las gargantas de miles de aficionados del Rayo. No hay nada como escuchar uno de los himnos del barrio y del equipo del barrio retumbando en un estadio como el de Vallecas. No hay nada como vivir y sentir la 'Vida pirata' desde dentro. Porque vivirla y sentirla es un privilegio, compartirla un honor y disfrutarla, lo mejor del mundo. Así fue antaño, así es hoy y así espero que siga siendo mañana, cuando las nuevas generaciones sigan viviendo y sintiendo como suya la vida pirata, esa vida, que desde el corazón de los rayistas, es la vida mejor.

Entiendo que cuando Paco Jémez habla de la felicidad de su afición, se refiere en un gran porcentaje a ese momento sublime e insuperable en el que se condensa la alegría y el sentimiento de toda la grada. Emoción, intensidad y pasión concentradas en un puñado de minutos, que provocan que el mundo siga congelándose desde los primeros compases de un cántico tan espectacular como significativo de lo que supone ser seguidor de un equipo de fútbol. Hay miles de himnos en el mundo, cada uno con su peculiaridad y significado, pero para cualquiera que haya sido parte de este cántico en algún momento de su vida, no hay nada igual. Imposible sentirlo de otra manera si sientes el Rayo. Imposible no sentir la emoción y el arrebatamiento que supone cada estrofa de un cántico único. Ese es el verdadero Rayo, ni más, ni menos.

No hay nada como cerrar los ojos durante unos instantes y saborear la acústica del Estadio, la potencia de un cántico que corta por completo la respiración. Pasarán los años, cambiarán los jugadores, cambiará el fútbol, desaparecerán del mapa los Tebas, Presa y compañía, ya no estará Pasión por el Rayo para contarlo, pero la vida pirata seguirá siendo la vida mejor. No hay otro camino, no hay forma mejor de expresarlo. Aquí, en Vallecas, el fútbol tiene un himno. En España, el fútbol tiene un himno. Todos deben saber qué significa 'La vida pirata'.